martes, 3 de noviembre de 2015

La importancia... De tener Confianza en sí mismo... (Segunda y última parte).

    Lo más probable es que a muchas personas no les guste lo que escribo en este escrito.

    Pero, al leerlo detenidamente podrán entender el objetivo de dicho relato, es como tratar de indagar en lo más profundo de la conciencia, sobre todo para lo que no tenemos explicación.

    Cuando digo, que no me gustan en nada las personas que no son capaces de tener fe en ellas mismas, pero si la tienen en Dios o en diferentes creencias. Entiendo que tener fe en Dios es algo que llena la vida de muchas personas, ojalá yo fuera capaz de tener esos sentimientos, pues creo que a menudo deben ser reconfortantes, sobre todo para lo que no tenemos explicación. Pero una cosa es creer que hay un ser superior, que cuando morimos, vamos todos a una vida mejor, cosa que puede ayudar a superar la pérdida de un ser querido o enfrentarse mejor al miedo de morir, y otra cosa es que aceptemos que todo lo que nos pasa en la vida son los designios de Dios y no hagamos nada para cambiar nuestro destino y nuestras circunstancias.

    Me explico; hay personas que viven enfadadas con el mundo y creen que todo va mal y que ellas han tenido mala suerte, otras en cambio viven unas situaciones similares pero en lugar de enfadarse, lo aceptan pensando que no depende de ellos y que sólo depende de Dios. "Es la mejor excusa para no luchar por lo que uno quiere o por lo que nos merecemos".

    Y es que los sueños se pueden presentar de muchas formas, para unos, un sueño será ser cantante, mientras que para otros sería vivir a su manera, pero no pueden, debido a una familia controladora, a un marido celoso o a un trabajo que no les gusta. Ser dueño del propio destino implica tener Confianza en sí mismo, para cambiar las cosas, primero tenemos que desear cambiar las. Los sueños se pueden cumplir, no vas a poder cumplir todos tus sueños pero seguramente hay muchas cosas que ahora no tienes o no haces y te gustaría hacer, solo tendrías que saber reconocer tus sueños y ser lo suficientemente valiente para enfrentarte a tus miedos y mirar cómo conseguirlos.

    Da igual si tienes o no un sueño, si hay cosas de tu vida que no te gustan para nada y tienes que hacer un esfuerzo para cambiar las. En primer lugar deberías, decidir qué es lo que está en tus manos para poder cambiar y que es lo que no está en absoluto dentro de tu control. Ante esta segunda situación sí que es bueno aprender a aceptar las cosas como vienen y no luchar cuando la batalla está perdida.

    Pero ojo, esto no quiere decir que no tengas que presentar la batalla ante nada. Muchas van hacer las ocasiones en las que podrías hacerlo si tuvieras confianza en ti mismo. Por eso me da cierta rabia que muchas personas tengan tanta fe en Dios, pero no sean capaces de tenerla en ellos mismos, que son los que tienen más cerca, los que se conocen mejor, quien más se va a preocupar por ellos... Sin confianza en uno mismo, sin creer en uno mismo, no es posible hacer cosas grandes. Ni siquiera es posible tomar las riendas de la vida.

    Mucha gente se cree que lleva las riendas de su vida, pero en realidad no es así. Esta expresión viene de la práctica de la Equitación. Seguro que sabes que los caballos llevan unas riendas, atadas a un hierro dentro de la boca. El jinete sujeta las riendas para controlar al animal. En realidad lo dirige desde las piernas, eso es algo que no sabe la gente, que no monta a caballo. Con una ligera presión de los gemelos consigue que el caballo vaya hacia un lado o hacia otro, que ande más rápido o que pase de trote a galope. Las riendas no sirven para eso. Las riendas son las que sujetan la furia del animal...

    La explicación no puede estar más clara. Ésta nos habla de La Importancia... De tener Confianza en sí mismo... Para que nada ni nadie tome las riendas de nuestro destino. Cada persona es responsable de manejar las riendas de su vida en busca de un bienestar y un futuro mucho mejor y si conseguir libertad emocional....

    Un abrazo fuerte. Gracias....


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