lunes, 23 de noviembre de 2015

Los Terroristas... Tocan a Nuestras Puertas.

    Desde el 9/11, el atentado donde fueron derribadas las torres gemelas del World Trade Center en Nueva York, entre otros edificios, y que causó la muerte de cerca de 3000 personas, el mundo vive en un estado de alerta.

    Se multiplicaron la seguridad en los aeropuertos y en cualquier paso fronterizo, así como se flexibilizaron las leyes que permiten la investigación de actos privados de los individuos en busca de pistas de células terroristas. Incluso se transgredieron algunos límites, hasta semejarse la realidad a la distopia creada en la Guerra Fría del año 1984.

    De eso se trata el terrorismo, como su palabra lo indica; sembrar terror. De que las potenciales víctimas, prácticamente todo el mundo, vivamos con esa sensación de amenaza permanente, frente a algo anónimo e imprevisible, lo que nos produce un efecto psicológico devastador más allá del simple asesinato o sabotaje. A esto se le suma la irracionalidad de los atentados. Que el odio nazca de esos seres similares a uno mismo, generar confusión, angustia y ansiedad.

    El terrorista piensa y siente que tiene un fin que justifica los medios, y que tiene el deber de alterar el orden instituido, pero no lo concibe, sino a través del daño al prójimo. Y cómo percibe a sus actos como salvadores de la humanidad, no siente remordimiento o culpa por los actos. Por ello, no se trata de personas patológicas en el sentido tradicional de la palabra. Los factores que originan estas conductas son diversos, incluyendo los psicológicos, sociales y físicos.

    Incluyendo las falsas creencias o las falsas interpretaciones de sus creencias. Dirigidas por personas que persiguen, solamente crear pánico ante los demás o el mundo. Estos solamente se abastecen de su propio odio, envidia, mediocridad. Éstos también nacen de la privación para defender sus derechos, su voto, su palabra. El desapego a las normas sociales constructivas. Se crían y nacen dentro de episodios de violencia, y aprenden que la violencia es el único método de protesta. Y por último necesitan compensar una baja autoestima a través de sus intimidantes acciones. Poseen amigos y familiares que también se adhieren a la causa.

    Y por estas razones particulares, cuando se realiza la pregunta de por qué alguien querría volverse terrorista, hay que analizarlo como un proceso de dinámica grupal. En ello resulta relevante el sentimiento de cohesión y pertenencia, y la comprensión de que dentro de un grupo se pueden satisfacer las necesidades personales de diversas índoles.

    Al analizar al terrorismo hay que tener cuidado de no perder una visión global en la cuestión:.

    "El terrorismo no es ni monopolio de un Estado, ni de un grupo, sino la acción comunicativa entre ambos que en virtud de un conflicto real, fundamentan un discurso sustentado por el odio".

    La principal herramienta de un pueblo que quiere mantener la paz es:. Mantenerse activo y vigilante de todo lo que suceda a nuestro alrededor. Observar todos los cambios en nuestro vecindario. Cambio extraño comunicarse con las autoridades, pero, no hablarlo con mas nadie de su alrededor, para mantener su seguridad personal.

    Gracias, siempre con ustedes...


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