Mi carta de... Todo aquello que no te dije...
Aquí estoy nuevamente escribiéndote y esta es para mí a la vez, la más difícil y sincera.
No escribo para reprocharte nada, a pesar de nuestras ideas y vueltas, a pesar de que muchas veces no comprendí tu manera de amar, pero ya ves que la acepte.
No te culpo, evidentemente era lo que tenía que su cedernos. No fue, ni tu responsabilidad, ni la mía. De alguna manera siempre hicimos lo que sentíamos y que habrá estado bien.
No puedo mentir y me hubiese gustado que si me amabas aún en la situación en la que yo estaba, que tú hubieras peleado por este amor que proclamamos en cada beso guardado, en cada rato escondido, en cada caricia que nos transformaba la piel. Distinto hubiera sido si ninguno de los dos sentía amor, porque ya nada podríamos hacer.
Un amigo me preguntó, si a pesar de todo aún sentía lo mismo por ti. Y mi respuesta fue, Si. No creas, que por mi parte, fue sencillo que tu te ibas y que todo seguía igual, ¡No!, Tú te ibas y había una parte de mi sintiendo que se iba contigo y la otra parte se quedaba envuelta en una ira, en mi impotencia. Tú te ibas y quería volver a verte, esperaba que me llamaras y me pidieras encontrarnos, volver a estar entre tus brazos, que me observes frente a ti, que dibujes en mi cuerpo líneas indelebles, que quede en mi almohada tu aroma.
Pero eran muy esporádicas las veces que me buscabas, entonces cómo creer que todo había cambiado, pensé que un día no volverías a dejarme. ¡Porque si!.
Intente, ya ni me acuerdo, cuantas veces poder estar juntos, te llamaba, te escuchaba, trataba de contarte lo que me pasaba, aunque cuando estabas rozándome la cara no podía decir te ni una palabra, se que me entendías, sabes que te entendí.
Mi amor por ti no cambio, por eso no era sencillo, era una lucha conmigo misma, querer con el corazón estar juntos pero nunca me dijiste, mi miedo un minuto de destello de luz, para arriesgarme por ti, como la primera vez, ¿Te acuerdas de eso?.
También comprendo que esta situación te estaba lastimando, y ¡Si!. Cuando uno lucha por amor, siempre sale herido, te da en la cara, pero vale la pena. Quizás para ti era más fácil huir, que luchar. ¡Y no te juzgo!. No soy quién.
No todos actuamos de la misma manera y posiblemente duela más huir, que luchar, huyendo no logramos nada. Yo luche. ¡No lo puedes negar!, Pero tampoco obtuve nada, por eso emprendo otro camino, con la certeza que en este que hoy dejamos, todo lo intente.
Ahora bien, si poco a poco dejaste de quererme como dices, no te preocupes, eso me demuestra, que dejare de quererte, poco a poco. Sabes que ya no te voy a lastimar, y eso equiparará en parte a mi tristeza.
Si de pronto me olvidas, no me busques, no porque te habré olvidado. Jamas uno olvida a quien amó, pero seguramente otro amor habrá venido a pintar mis días y mi cuerpo de colores indelebles y hará que deje de ver sólo en blanco y negro.
Quizás otro amor me sorprenda y me deje que lo malcrié, y lo alimente con mi misma sed, me hará feliz y dejara que lo haga feliz a él también...
Con esta te quiero dar las gracias, por todo lo que lograste enseñarme de la vida y el amor. Ya me siento más fuerte para poder conquistar el amor de mi vida....
Gracias, hasta siempre...
Un abrazo fuerte de mi parte. Gracias...
No hay comentarios:
Publicar un comentario