A ti, árbol que me acompañas
A ti, árbol que me
acompañas, que al lado posas, cerca de mi gran ventana.
A ti, árbol que me
acompañas, siempre ahí inamovible, callado y silencioso, pegado a mi ventana.
Sabes y guardas todos
mis secretos, mis deseos, y mis anhelos; mis tristezas y alegrías.
Eres robusto, alto,
firme como una roca; no sabes cuanta seguridad me inspiras.
Tus largas ramas,
frondosas, llenas de verdes hojas que guardan el color multiforme de la pura
belleza; ramas que se mueven con una soltura tan fresca y dulce como si al son
de una música celestial llevaras la comparsa.
Cuando mi interior
anda agitado, desorientado; a ti, mi árbol me acerco, a ti te cuento, y solo
con mirarte y sentirte, la agitación se me vuelve calma.
Mi respirar alterado,
inquieto me le vuelves en aire limpio, y profundo y vuelvo a renovarme, junto a
ti, mi árbol preferido.
A ti, árbol que me
acompañas, al otro lado y cerca de mi ventana; con tu quietud divina, agradezco
que estés ahí junto a mi embelleciendo mi vida con tu compañía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario