Y tú... ¿Cómo te ves?
Y tú… ¿Cómo te ves?
Hay una imagen que una vez encontré por
Internet, consta de un peón, un espejo y una pieza que
simboliza a un rey de ajedrez, los tres perfectamente alineados en
un fondo de ladrillo frente a una opaca pared son los que hoy me hacen escribir
estas pequeñas líneas de este sencillo escrito.Y es que desde ese día en que ya no
recuerdo cuando, ese icono se ha convertido en un símbolo característico en mi
vida, una foto de pantalla que he transformado en un estilo, en mi
manera de pensar.Jugué ajedrez repetidas veces en mi
juventud (Lo escribo como si tuviera 60 años), lo estudié
profundamente por unos largos 2 meses y mantuve partidas que duraron hasta 4
horas, en contraparte también me ganaron con el mate al pastor y me humillaron
en menos de 9 movimientos.Pero de ese sencillo y estratégico juego
solo quiero mencionar esas 2 figuras que jerárquicamente representan sus polos
opuestos, por un lado, la pieza devaluada, la que colocas al frente de la
batalla siempre en primera fila, esa que avanza en línea recta y que ataca en
diagonales, la insignificante pieza que sacrificas prácticamente sin
remordimiento al defender o atacar.Y por el otro lado, en el reflejo del
circular espejo con más característica de monóculo se encuentra su majestad, el
que defiendes a capa y espada, que enrocas con la torre para armar ese búnker que te mantendrá con vida en la lucha, esa
pequeña pieza que representa el final de todo el juego el “jaque mate” … el poderoso Rey.Ahora ¿Tiene más sentido el cuadro?Sinceramente confesaré que ese grupo de
pixeles perfectamente ordenados son los que me han dado la ilusión en los días
difíciles, en esos que solo resta suspirar de decepción, esa imagen es quien me
anima a dar un poco más de mí, la que alienta a perseguir mis
sueños y me inspira a seguir luchando contra todos los obstáculos que se
presentan en el camino.¿Cuántas veces nos sentimos
como ese peón y no hacemos más que quejarnos de los insignificantes golpes de
la vida?
¿Cuántas veces nos levantamos
solo con la ilusión de que pase el día, para llegar nuevamente a la noche?
Y no estoy aquí para dar consejos de
superación personal, porque creo bien, que se especifica que la
superación es personal, estoy aquí para animar
a soñar, y no como los ilusos, sino soñar como los grandes, los que corren el
riesgo de perseguir lo que desean, como aquellos que dejaron de vivir de las
opiniones ajenas y se centraron en su propio concepto de felicidad, porque los soñadores, a diferencia de los ilusos, son los que
toman acciones, para hacer de sus metas una realidad.¿Por qué no mirarnos en el
espejo y observarnos como ese rey (o reina)? ese
que ha logrado el éxito en todas las pequeñas metas que se ha propuesto, porque
el éxito está en todos los segundos de nuestra existencia, en las pequeñas
cosas de la vida, en un abrazo y una sonrisa, desde abrir nuestros ojos hasta
poder llegar a cerrarlos nuevamente.
Yo invito, siempre a soñar como ese peón
imaginándose rey.“Algún día, tu vida
pasará frente a tus ojos, asegúrate de que valga la pena mirar.”
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