ASÍ DEBES
ELEGIR A UN COMPAÑERO DE VIDA
1- Elige a alguien como si fueras ciego.
Cierra los ojos y observa
qué puedes sentir de esa persona, de su gentileza, su lealtad, su comprensión,
su devoción, su habilidad para ocuparse de ti, su habilidad para cuidar de sí
mismo como un ser independiente. En nuestra cultura nos basamos mucho en lo que
vemos con nuestros ojos externos. Pero cuando miramos al objeto de nuestro
amor, es mucho más importante lo que vemos con los ojos cerrados.
2- Elige a alguien que tenga la habilidad de aprender.
Si hay algo que verdaderamente
hace diferencia entre un amante para toda la vida y uno fugaz, es una persona
que tenga la habilidad de aprender. Dice el refrán “el ignorante es poco
tolerante”. Aquellos que no pueden aprender cosas nuevas, ver las cosas a la
luz de lo nuevo, ser curiosos acerca del mundo y de cómo funcionan las cosas o
las personas, a menudo se cierran y dicen. “No, esto tiene que ser así, de este
modo” y para una relación de toda la vida es mejor estar con alguien que se
abra y se cierre aprendiendo y evolucionando.
3- Elige a alguien que quiera ser como tú, fuerte y sensible a la vez.
Para no confundir el
significado de estas palabras, no relacionarlas con la rigidez y la fragilidad.
La fuerza en el sentido en que es fuerte un árbol: pueden soplar fuertes vientos,
pero se sostendrá porque es flexible y se moverá para adelante y para atrás con
el viento. Y en cuanto a la sensibilidad, estoy hablando de ver, estar alerta a
las cosas que están alrededor de uno. Algunas personas pueden necesitar una
pequeña ayuda en esto, pero a menudo en algún lugar profundo en su mente, o en
su corazón, ya están despiertos y alerta a todas estas cosas, si bien no saben
cómo articularlas. Y es por eso que el número 2 es tan importante: la habilidad
para aprender. Puedes tener todas las posibilidades, todas las potencialidades
del mundo para ser amable, amoroso, devoto, bueno y el mejor amante conocido
del género humano, pero si no puedes aprender a desarrollar ese potencial.
¡Entonces no sirve de nada!
4- Elige a alguien que cuando lo hieras, sienta dolor y te lo muestre.
Y viceversa… elige a
alguien que cuando te hiera, vea tu dolor y lo registre. Esto es muy
importante. Hay muchos modos en que la gente muestra el dolor. A veces
reclamando es una de las cosas que hacen las personas más extrovertidas.
Reclaman, se vuelven locos… pero es su propia expresión de dolor. Lo peor es
cuando le haces a tu compañero algo que no es amable, o que es impensado y él
no muestra reacción. Como si no se permitiera a sí mismo mostrarse
verdaderamente humano en tu presencia. Pasamos por muchas relaciones o unas
cuantas, antes de encontrar a alguien con quien querríamos pasar nuestra vida.
Sentimos las heridas en tantas relaciones que empezaban con grandes esperanzas
pero que terminaban con fallas y accidentes. Por otro lado, te vas a encontrar
con otro que no está intacto, que también está herido de algún modo. Como
resultado de esto es que la habilidad de tu compañero de mostrar su dolor es
tan importante como su habilidad para percibir tu dolor. ¡Es muy importante!
Porque por naturaleza de las relaciones hay momentos de tensión en que
presionamos o hicimos algo que lastimó al otro y esto no puede ser evitado
completamente, pero no debe ser la misma herida una y otra vez. La gente tiene
que aprender cada vez. Puede que alguien haya acumulado enojo y sufrimiento,
heridas de los amantes anteriores, y haya adquirido así la habilidad de herir
al nuevo amante y hasta ser desbordado por el deseo de herirlo. Entonces debe
ser capaz de parar, de detenerse cuando ve el dolor en la otra persona.
5- Elige a una persona que tenga una vida interior.
Trabajando, dibujando,
escribiendo, a través de la meditación, la religión, algo que ame. Elige a una
persona que esté en viaje y te vea como a un compañero de camino, un compañero
de viaje. La habilidad para estar completamente con el otro y al mismo tiempo
enteramente separado es muy importante. Las relaciones son cíclicas y hay
momentos para estar muy cerca el uno del otro y otros momentos para apartarse.
6- Elige a alguien que tenga pasiones similares a las tuyas en la vida.
Una relación construye una
memoria. Estas memorias, lo compartido, son el “pegamento” lo que une la
relación. Por el placer que es recordar buenos tiempos juntos, pero también los
tiempos duros. Si no hay nada que verdaderamente disfruten juntos, es muy
difícil pasar estos tiempos con el otro. Aun cuando cada uno pueda ser muy
distinto del otro y hacer cosas muy diferentes, tiene que haber algo, algo tan
simple como descansar juntos en la bañera o secarse juntos el pelo al sol, o
dar vuelta a la manzana cada noche, o cualquier cosa de estas muy simple… sé
que estarás pensando, cepillarse juntos los dientes a la mañana… Si, poco más
que esto.
7- Elige a alguien que tenga valores similares.
En cuanto a tener hijos,
al nacimiento de los niños, la familia, roles de hombres y mujeres y las ideas
acerca del dinero y la religión. Tal vez todas estas cosas juntas son el ideal
y no las puedas encontrar todas sobre todo al principio de la relación, pero
puedes tener esto en cuenta. Elegir a alguien que tenga valores similares tiene
que ver con disminuir las fricciones en la relación y estas cosas deben
sintonizarse si hay verdadero compromiso. Esta sintonía debe darse también en
un nivel pragmático y cuando se da en estos niveles prácticos en más fácil que
pueda darse en otros niveles más sutiles.
8- Elige a alguien compasivo, a alguien que sea capaz de escuchar, a alguien que te dé tiempo.
Particularmente si eres
una persona impulsiva, al tener un compañero que no sea tan impulsivo como tú,
eventualmente hallarás cierta lentitud que será buena para ti. También alguien
que sea un poco lento, al estar con un compañero que sea bien distinto se
acelerará un poco. Y podrán después de un tiempo hallar un ritmo propio de la
relación. A veces las personas tienen que estar ocho o nueve años hasta tener
este ritmo completamente desarrollado. Lleva tiempo construir un milagro… no un
milagro porque estén juntos sino por la fuerza que hay en el centro de una
relación por la profunda guía del amor.
9- Elige a alguien que se pueda reír de sí mismo.
Poder hacer un chiste y
reír de la situación y de sí mismo es muy importante. Pero supongamos que no
tienes un compañero muy chistoso, elige a alguien que pueda parar una discusión
y aprender a reírse de la situación (vuelve al punto 2, alguien que tenga
habilidad para aprender)
10- Elige a alguien a quien puedas tolerarle las fallas y características.
En los momentos de tensión
y cansancio, las cosas que más te atraerían de un compañero, las cosas más encantadoras,
serían las que después te volvería loca… Así que no pienses que podrías vivir
con alguien que tiene cosas que realmente molesta a las otras personas y que
para ti no son importantes porque él o ella las está haciendo y él o ella es tu
amante. Hay algunas cosas que son intolerables en cualquier relación sea el
matrimonio o las sociedades y los negocios. Tales como el alcoholismo, el abuso
sexual, el juego, las actividades criminales, Una persona que no dice la
verdad, una persona que no te puede mirar a la cara, una persona por la que no
podrías dar fe, una persona que puede hacer cualquier cosa por tapar sus
errores. Todo eso sería construir una relación en un terreno inseguro.
11- Ser amigos y no-solo amantes.
Y no es solo que digas “si
yo sé lo que eso significa, significa que me guste y que lo ame” Significa más
que eso y un modo de juzgarlo es pensar. ¿Harías por tu pareja lo que estás
dispuesta a hacer por tu mejor amigo? ¿Estás dispuesta a escucharlo, estás
dispuesta a hablar de las cosas de las que él tiene ganas de hablar, a prestar
atención a los detalles de lo que dice o tiene ganas de hacer? Esto no
significa que tengan que estar cuidándose el uno al otro siempre y para
siempre, pero sobre ciertas bases y en algunos detalles por cierto que deben
hacerlo. Entonces cuando pienses en lo que harías por tu mejor amigo y en lo
que harías por tu amante, las cosas se aclararán para ti.
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