martes, 5 de enero de 2016

¿Perdonas o condenas?


¿Perdonas o condenas?





El dolor reprimido en nuestras entrañas nos ha convertido en personas susceptibles y beligerantes.
Nuestra interpretación egocéntrica, ligada a nuestras reacciones emocionales, son las que nos llevan a sufrir y entrar en conflicto con los demás. Y debido a nuestra actitud de víctimas, seguimos sin comprender que la causa de nuestro sufrimiento no tiene nada que ver con el estímulo, sino con nuestra reacción frente al estímulo.
En realidad, nosotros somos los únicos capaces de perturbarnos a nosotros mismos. Nosotros hemos sido, somos y siempre seremos la causa de nuestro sufrimiento.
Los demás nos pueden matar físicamente.
Pero en un plano espiritual, sólo nosotros tenemos el poder de hacernos daño. A pesar de liberarse en nuestra propia mente, esta guerra ilusoria nos provoca una serie de lastres emocionales, como la "culpabilidad", el "rencor", el "resentimiento", el "odio", el "castigo", y el "deseo de venganza". Estas emociones son el resultado de haber interpretado de forma excesivamente subjetiva y distorsionada algunos hechos, acontecidos en el pasado. Sin embargo, condiciona nuestra red de relaciones en el presente, inhibiéndolos a avanzar hacia el futuro. Y ponen de manifiesto un déficit de "perdón". Esta cualidad se desarrolla al irnos, liberándonos del dolor que nos generamos a nosotros mismos por no saber relacionarnos con nuestras relaciones de forma más pro activa, constructiva y armoniosa.


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