Mi Soledad
Soledad; eres tú mi gran compañera de
viaje, unas veces dulce y otras amarga, pero ya querida y necesitada por mi
alma.
En ti encuentro mi calma y refugio, aunque a veces contigo sufra mis mayores
lamentos y dolor. Mezcla de sentimientos, sensaciones y rarezas eres, cuando mi
barco pierde el rumbo y el tripulante confunde su camino. Y te me conviertes en
mi peor enemiga; vuelven las tinieblas, los ruidosos truenos, mis mayores
infiernos y me pierdo en la oscuridad tenebrosa; nuevamente mi barco va a la deriva;
cae y se hunde en el fondo de los siete mares. Pero ya allí, en lo más hondo de
mi ser, vuelvo a despertar, entre mis luchas internas y subo arriba hecha
pedazos ya reconstruida para salvarme y ver mi horizonte iluminado, con
destellos de pequeñas luces que lo borbotean, y arriba me digo, una vez más;
más los miles que me quedan…
Soledad; que me acompañas, día a día, en mi camino; atisbos de luz veo y el sol
vuelve a entrar en mi trayecto. Vuelvo a sentirme, a respirarme, a suspirarme,
en un gozo sublime de luz que me ilumina y guía. Mis pulmones vuelven a
cargarse de aire limpio, de deseos e ilusiones, de vida loca, de loca vida.
A ti mi Soledad errante, hoy un canto te dedico, a ti donde me encuentro, me desencuentro
y reencuentro, con mi ser en todas sus formas...una vez más motivado y con energías
renovadas para seguir hacia adelante a un fin sin fin e infinito.
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