martes, 5 de enero de 2016

¿Quién eres?







¿Quién eres?

 

 No somos nuestro nombre, ni el lugar donde nacimos. No somos lo que hacemos, ni lo que tenemos. No somos nuestro trabajo, ni nuestra ropa, ni nuestro auto, ni nuestra casa, mucho menos la cuenta corriente, nuestras posesiones o nuestro equipo predilecto. Tampoco somos nuestra página de Facebook, ni lo que los demás piensan de nosotros. Estamos tan acostumbrados a ser quienes se supone que hemos de ser, que no tenemos ni la más remota idea de cuál es nuestra verdadera identidad.Y para disimularlo, nos pasamos el día detrás de una máscara relacionándonos con otras caretas que esconden seres humanos que tampoco se conocen a sí mismos. Por eso la sociedad es un gran teatro. Y no lo digo metafóricamente. Cada uno de nosotros se ha convertido en un actor que interpreta un guion de la vida, escrito por otros y orientado a cumplir las expectativas de los demás.
Nuestro malestar es proporcional a nuestra confusión. Y esta se refleja por el funcionamiento de nuestra mente. Va completamente a su ola. Aunque nos cueste comprender lo, no somos lo que pensamos acerca de nosotros mismos. De hecho, no nos parecemos en nada a la persona que creemos que somos.
Sin embargo, nos identificamos con todo tipo de pensamientos, algunos de los cuales están locos de atar.
¿Cómo vamos a ser nuestra mente, si tenemos la capacidad de observarla?
¿Cómo podemos ser nuestros pensamientos si podemos modificarlos?No somos los comentarios que oímos en nuestra cabeza. Somos el ser que escucha los comentarios.


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