miércoles, 9 de marzo de 2016

Aprendiendo el camino, para construir nuestra felicidad...

Aprendiendo el camino, para construir nuestra felicidad...



Te has preguntado; ¿Quién soy yo?...
A esta pregunta voy a responderte con una serie de afirmaciones:
    Eres un ser vivo compuesto de células. Un ser humano distinto a los otros con una realidad propia, un cuerpo, una personalidad y un alma.
    No hay otro como tú en todo el mundo, aunque hay millones y millones de seres humanos vivos, pero todos distintos a ti.
    Observa tu letra, es letra diferente a todas las demás y no encontrarás ni una sola como la tuya. Así eres tú, distinto a todos los demás. Y esto es importante y no te pareces a nadie, porque tienes tus propias características.
"Yo soy yo y mis circunstancias".
    Naciste en el estado de perfección y, aunque tu cuerpo pueda presentar imperfecciones no deseables, y tu personalidad arrastre una buena parte de herencia, quizás tampoco deseadas, tu alma nació incólume. (No hay ninguna como la tuya).
    Este regalo al que, por el hecho de nacer, a todos nos corresponde, y que por su gratuidad no valoramos lo suficiente, nos acompaña hasta nuestros últimos días.
    Tienes que conocer esta compleja realidad que eres tú y también saber que esperar. Hoy es el primer día del resto de tu vida. Si lo deseas, aún estás a tiempo de cambiar de camino.
¿Crees que no eres lo bastante feliz?
¿Qué es para ti la felicidad?
    El verdadero camino a la felicidad es la tranquilidad, la armonía, el equilibrio y la paz de tu alma. (Tú como persona de paz).
    Tenemos que aceptar todo lo que nos suceda, aunque nos disguste, ya que hacerlo, nos ayudará, sin duda, a encontrar esta tranquilidad en el alma. Esto no quiere decir que nos quedaremos con los brazos cruzados ante las dificultades, sino que debemos luchar, pero también tenemos que aprender a convivir con el papel que nos ha tocado.
Permítame aquí un breve antojo que yo llamo poético:
¿Quién soy yo?
Ostentación, vanidad, presunción.
Soy algo, pero ¿qué?
Me escucho a mí, me hablo a mí, me miro a mi.
Y siempre a mí, mi, mi y nunca tú.
Y después... De tanto decir de mi
no se sabe quién soy yo.
    Acostumbrarnos a mirarnos el "yo ombligo" y a pensar únicamente en nosotros mismos, en lugar de, tan sólo, observar a nuestro alrededor.
¿En qué te hace pensar todo esto?
Todos podemos desaprender y reaprender.
    Nacemos príncipes o princesas, y los acontecimientos, el ambiente que nos rodea, la presión social, etc., nos van convirtiendo en personas.
    Pero no hemos de sucumbir, ya que todo lo mal aprendido se puede desaprender y re aprender de nuevo. Con un esfuerzo consciente y programado podremos salir de cualquier laberinto.
    En nosotros conviven tres personas, el padre, el adulto y el niño. El que nos dice lo que se ha de hacer (PADRE), el que razona lo que conviene hacer (ADULTO) y que manifiesta lo que le gustaría hacer (NIÑO). Se trata de aprender a discernir cuando hemos de funcionar desde el (P), el (A) o el (N).
    Todo lo que en algún momento ha sido captado consciente mente por nosotros (tanto las acciones como los sentimientos inherentes de las mismas), permanecen como si estuviese grabado y almacenado en nuestro cerebro, pudiendo ser reproducido en cualquier momento.
    Si volvemos a "escuchar" una grabación, de nuevo, oiremos y sentiremos tal como se desarrolló inicialmente.
    En la persona del PADRE se hallan las grabaciones de las actitudes, conductas y conceptos que fueron aprendidos en la infancia:
Pautas sociales, morales, religiosas, las reglas de convivencia, lo que debemos y no debemos hacer.
EL PADRE juzga, ordena, critica y protege nuestra persona.
EL ADULTO es como una computadora que procesa la realidad a través del pensamiento racional y lógico. Es el único estado del YO capaz de re programarse. Siempre funciona con información y es por ello que, EL ADULTO computa y razona.
EL NIÑO, residen las emociones, la imaginación, intuición, diversión, creatividad, espontaneidad, arte. La persona del NIÑO busca el placer y tratar de evitar el dolor. Se manifiesta también porque a veces es grosero, lloroso, violento... EL NIÑO crea, siente, intuye y se divierte.
    Para desaprender y re aprender hemos de analizar si lo que se ha de hacer (P) y lo que nos gustaría hacer (N) es lo que conviene hacer (A), y a partir de este proceso racional y lógico, se van tomando poco a poco decisiones sobre nuestra nueva forma de vivir y de hacer las cosas.
    Tenemos que estar constantemente dispuestos a mejorar los esquemas de conducta. No se han de aceptar las cosas porque siempre se han hecho así. La flexibilidad mental es una herramienta primordial en la auto superación del día a día.
Tu posición existencial.
    La forma como cada persona se siente a sí misma y los demás respecto de ella, es lo que llamaremos la posición existencial.
Por ejemplo: Yo puedo sentir de mí mismo que soy inteligente y que hago bien las cosas, o que soy incapaz y no sirvo para nada.
De los demás, que son perfectos y mejores que yo, o bien que no saben, ni valen nada.
    La forma de sentirse uno mismo y de sentir a los demás es una decisión que normalmente se toma antes de los siete u ocho años. Las caricias recibidas de los padres, abuelos o maestros quedaron grabadas en nuestro Niño, provocando estos sentimientos. Por ello, es importante saber cuál es tu posición respecto a ti y hacia los demás.
    Es importante que te definas, porque tienes que saber si te aceptas tal como eres o si por el contrario huyes de ti. Por otra parte, también tiene que analizar si en tus relaciones con los demás aceptas o no a los otros.
¿Con cuál de las siguientes cuatro formas de relación te identificas?
> Dominación.> Impotencia.> Sumisión.> Cooperación.
¿Y cuál de los siguientes cuatro sentimientos expresos más a menudo?
> Desprecio.> Tristeza.> Vergüenza.> Satisfacción.
    Párate a pensar. La posición existencial es la que ya adoptamos desde nuestra niñez y en la que hemos estado desde entonces, manteniéndonos hasta la edad adulta.
    Te sugiero que, a partir de ahora, sea cual sea tu posición, actúes siempre en base a la "cooperación" con los demás, expresando la "satisfacción" por encima de todo.
    Haciéndolo obtendrás otras respuestas, las cuales reforzaran, a su vez, tu actitud positiva.
¿Te ríes?
¿Qué es lo primero que enseñamos a nuestros hijos cuando son recién nacidos?
A reír, y cuanto nos gusta y nos hace feliz la sonrisa de un niño.
    Reír es sinónimo de alegría y la alegría es una tendencia innata en nosotros. La alegría es prima hermana de la felicidad, por eso todos nuestros actos, impulsos y pensamientos tienden a la felicidad, aunque el entorno y la sociedad nos lo pongan difícil.
    "Todos los hombres buscan la felicidad, hasta los que se hacen daño propio, lo que busca en su fondo es la felicidad".
    Ser feliz es asumir la vida, es reír a pesar de... Hay personas a las que siempre se las ve con el ceño fruncido. Ni una leve sonrisa aparece en sus labios. Estas personas están tensas. Y la tensión es un caldo de cultivo en el que se potencian las enfermedades psicosomáticas.
    Reír ayuda a relajarse. Un ejercicio muy bueno para esto es grabar a través de tu vídeo todas las películas y espectáculos de humor que puedas. Disfrutarlos cuando dispongas de un momento tranquilo. Hoy en día se está poniendo muy de moda el rizo terapia, una terapia efectiva y relajante.
    Cuando se está triste o alegre, toda la célula del cuerpo termina por saberlo y ese malestar se traslada a todo tu cuerpo. Por ello, es importante cuidar tu estado de ánimo.
Ríe, con carcajadas que te salgan de lo más profundo de tu alma, para que tu cuerpo se entere de que eres una persona feliz, y que puedes reír.
Tu tiempo.
    Todos distribuimos el tiempo en las mismas cosas y lo que nos diferencia a unos de otros es la forma de hacerlo.
Analicemos ante todo en que ocupamos nuestro tiempo. Veamos:
> 1. La meditación: Es una especie de aislamiento físico y mental en el que nos paramos a pensar y reflexionar. Si la imaginación se nos desborda respeto al pasado o al futuro, puede ser negativo, pero si, por el contrario, nos centramos en el aquí y el ahora, y reflexionemos, meditamos o nos relajamos, es positivo.
> 2. La actividad: El trabajo, los estudios, el deporte, las ocupaciones del hogar, los "hobbies", etc.. Cualquier acción dirigida hacia el contacto con la realidad es una actividad.
> 3. Las relaciones: El contacto con los otros, diferenciando las relaciones que podríamos denominar íntimas, de las frívolas. En las primeras, compartimos emociones, experiencias y pensamientos, en una relación honesta de mutua compañía. Sin embargo, las frívolas están basadas en la relación social externa bajo pautas de buenos modales y educación. Ahora, analiza cuánto tiempo dedicas a cada uno de estos tres apartados.
¿Te paras a pensar?
¿Profundizas en tus pensamientos?
¿No tienes tiempo para reflexionar?
La actividad, ¿Cómo la distribuyes?
En tus relaciones.
¿Cuánto tiempo dedicas a la intimidad, cuanto a la gente?
¿Tus relaciones íntimas (no sólo hablamos de sexo) son gratificantes?
    Organízate, ya que es muy importante que, según como inviertas tus horas, tu "activo" crecerá.
El tiempo es como el agua, que se escurre de entre los dedos.
¿Qué te gustaría hacer?
    Quizás haya alguna cosa que te gustaría hacer. Algo que te haga mucha ilusión y quizás hasta sientas vocación, y en cambio no estás haciéndolo.
    Es muy importante tener claro lo que se desea realmente en esta vida. A veces tenemos sueños que se esfuman porque los consideramos irrealizables. Y ni tan solo nos paramos a pensar cómo hacerlos realidad.
¿Tú sabes que es lo que más te gustaría hacer?
    Te recomiendo que hagas una lista de todo lo que te gustaría hacer y no haces. Y a continuación, cuestiónate:
¿Por qué no lo hago?
¿Qué me impide hacerlo?
¿Cómo lo podría hacer?
    Observarás que para cada respuesta encuentras una solución. Se trata de avanzar hacia adelante. Piensa que, como ya te he dicho anteriormente, hoy es el primer día del resto de tu vida ya que el tiempo no vuelve. (Pasará y nunca regresará).
    Uno de los secretos de la felicidad no está en hacer lo que nos gustaría, sino en que nos guste lo que hacemos.
    Piénsalo y aprovecha intensamente cada día, cada minuto.
Y vive en profundidad porque la vida pasa y ya nada se repite.



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