La vida es un Puzzle… (Rompecabezas).
Si la miramos bien, la vida no es más que un siempre
sorprendente puzzle (Rompecabezas). Día a día vamos colocando nuevas piezas,
aunque la mayoría de veces no seamos conscientes de ello y no seamos capaces de
ver que cada una en caja en una totalidad, que desconocemos.
Como un gran crisol de piezas aparentemente inconexas, día a
día vamos tejiendo nuestra vida, y acabándonos o alejándonos paulatina y
momentáneamente de nuestro destino, ese que merecemos y que cada uno va
definiendo en su camino hasta llegar hasta él. A esa meta a la que todos sin
duda llegaremos, hagan falta las vidas que sean, porque no es más que la razón
para haber nacido y vivido. Pero, aun llegando al mismo destino, cada uno elige
su propio camino y si en el habrá más felicidad que infelicidad, aunque la vida
contiene razones y circunstancias que propician ambas, por igual.
Si miras atrás, puedes ver cómo cada persona, momento y
lugar tiene su propio sentido en tu vida, aunque no coincida necesariamente con
el que nosotros le diéramos en su momento, pues seguramente éste estaba
condicionado por nuestras circunstancias, muchas veces efímeras o interesadas
en convencer a nuestra limitada mente, que sólo busca la confortabilidad y la
seguridad. Sólo puedes entender cada paso con la suficiente perspectiva desde
arriba, con la libertad que da sentirlo desde dentro, la conciencia de nuestra
realidad.
Mirar desde dentro, o desde arriba, como quieras entenderlo,
nos permite ser libres ante las circunstancias pasajeras y volátiles que nos
condicionan. Y en esa visión espectroscópica y privilegiada podemos descubrir
día a día el sentido profundo y auténtico de nuestra existencia, que poco o
nada tiene que ver con nuestros planes y expectativas sólo humanas y terrenas.
Pero es difícil esa perspectiva global sin tener algo que la aliente y nos
ayude a transitar por nuestro día a día como es la confianza. Porque la
confianza genera paz, algo imprescindible para usurear por los acontecimientos
de nuestra vida.
Así, cuando miro atrás veo que hay una línea argumental que
dan sentido a todas y cada una de mis decisiones, ya sean aciertos o errores.
Cada uno de ellos teje mi propio camino que me lleva a la vida que merezco, sin
más. Sólo puedo, desde la libertad y el amor (¿la confianza, al fin y al cabo,
no es amor, también?), Vivir la felicidad o el sufrimiento en mi vida, pues eso
depende de mi actitud ante los acontecimientos. Todos tenemos oportunidades en
nuestra vida para hacer felices o infelices, pero en nuestro interior sabemos
que no hay nada permanente en nuestra vida y sólo el cambio constante lo es, o
sea que todo pasara.
Seguramente aludo a conceptos demasiados abstractos como la
libertad, la confianza o lo que merecemos en nuestra vida que son difíciles de
explicar y, más aún, de aplicar en nuestra vida ordinaria. Seguramente
deberemos añadir uno que también nos cuesta entender y aplicar como es la
"paciencia". Paciencia y confianza se reúnen para entender y vivir
aquello que merecemos, pero que seguramente debemos estar convenientemente
preparados para aceptar. Alguien dijo, que la suerte es la combinación de preparación
y del momento oportuno. Sólo podemos prepararnos viviendo todo tal como llega y
aprendiendo lo que hay que aprender para, en algún momento, estar preparados
para ver y entender la oportunidad cuando llega. Por eso la atención, ajena al
ruido que nos rodea, es otro elemento imprescindible. La persona, el momento o
el lugar adecuado no avisa cuando aparece, aunque siempre hay señales, que
sentimos en nuestro interior, si estamos bien despiertos, que nos dan pistas
para actuar.
Quizás el único logro real en mi vida hasta ahora es haber
conseguido conciliar el en que todo tiene su sentido y mi único deseo es ser
capaz de tener paciencia y estar realmente atento para saberlo encontrar y
apreciar, cuando llegue ese momento en que aparezca lo que merezco. Y tal vez
aceptaban que tengo toda una vida por delante para que aparezca, siempre y
cuando no caiga de nuevo en el error de forzar las situaciones sin influir con
ellas y no tenga la tentación humana e irrefrenable de fabricarme una vida
hecha a medida y basada en mi parcial realidad, como solemos hacer gran parte
de nuestra vida.
Aprender, vivir fluyendo sin miedo y aceptar lo que venga
con esperanza de que tienen su propio sentido que algún día se me desvelara, ya
es en sí la mejor manera de vivir con esa paz, esa confianza y esa libertad que
necesito para hacer feliz, cada día. Si además me doy cuenta de que la
felicidad son momentos en este camino y no un lugar a donde hay que llegar,
habré entendido la vida en su esencia y la viviré como algo que merece la pena
vivir y, a la vez compartir.
Pero te recuerdo que nadie sabe cuánto vivirá... o sea que
vale la pena intentar vivir de esta manera lo antes posible, preparándonos cada
día para vivir lo mejor, eso que merecemos y siempre habíamos soñado para nuestra
vida, en cuanto surja cada nueva oportunidad.
Etiquetas: amor, compartir, conciencia, confianza,
despertar, felicidad, libertad, miedo, oportunidad, paz, sentido de la vida,
sueño, sufrimiento, valentía, y vida plena.
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