lunes, 16 de marzo de 2015

Los dos sacos...

    Debemos aprender a abordar nuestras preocupaciones y no dejar que condicionen nuestra vida, nuestro saco debe estar lleno de cosas buenas y positivas.

    Hay una antigua leyenda acerca de tres hombres, cada uno de los cuales, cargaban los sacos, sujetos a sus cuellos, uno al frente y el otro a sus espaldas.

    Cuando al primero de ellos le preguntaron que había en sus sacos, el dijo:.

"Todo cuanto de bueno me han dado mis amigos se haya en el saco de atrás, ahí fuera de la vista, y al poco tiempo olvidados.

"El saco de enfrente contiene todas las cosas desagradables que me han acontecido y, en mi andar, me detengo con frecuencia, saco esas cosas y las examino desde todos los ángulos posibles.

Me concentro en ellas y las estudio. Y dirijo todos mis sentimientos y pensamientos hacia ellas.

    En consecuencia, como el primer hombre siempre se estaba deteniendo para reflexionar sobre las cosas desafortunadas que le habían sucedido en el pasado, lo que lograba avanzar era muy poco.

    Cuando al segundo hombre le preguntaron qué era lo que llevaba en sus dos sacos, él respondió:.

"En el saco de enfrente están todas las buenas acciones que he hecho. La llevo delante de mí y continuamente las saco y las exhibo para que todo el mundo las vea. Mientras que el saco que llevo atrás, contienen todos mis errores. Los llevo conmigo a donde quiera que voy. Es mucho lo que pesan y no me permiten avanzar con rapidez, pero por alguna razón, no puedo desprenderme de ellos"...

    Al preguntarle al tercer hombre sobre sus sacos, él contestó:.

"El saco que llevo al frente, esta lleno de maravillosos pensamientos acerca de la gente, los actos bondadosos que han realizado todo cuanto de bueno he tenido en mi vida. Es un saco muy grande y está lleno, pero no pesa mucho. Su peso es como las velas de un barco "lejos de ser una carga" me ayudan a avanzar. Por su parte, el saco que llevo a mis espaldas estaba vacío, pues le he hecho un gran agujero en el fondo. En ese saco, puse todo lo malo que escuche de los demás así como todo lo malo que a veces pienso acerca de mí mismo. Esas cosas se fueron sabiendo por el agujero y se perdieron para siempre, de modo que ya no hay peso que me hagan más penoso el camino".

Autor desconocido.

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