Un camino para construir nuestra felicidad. (Segunda parte). Aprendiendo a ser feliz...
Todos podemos desaprender y reaprender.
Nacemos príncipes o princesas, y los acontecimientos, el ambiente que nos rodea, la presión social, etc., nos van convirtiendo en personas.
Pero no hemos de sucumbir, ya que todo lo mal aprendido se puede desaprender y re aprender de nuevo. Con un esfuerzo consciente y programado podremos salir de cualquier laberinto.
En nosotros conviven tres personas, el padre, el adulto y el niño. El que nos dice lo que se ha de hacer (PADRE), el que razona lo que conviene hacer (ADULTO) y que manifiesta lo que le gustaría hacer (NIÑO). Se trata de aprender a discernir cuando hemos de funcionar desde el (P), el (A) o el (N).
Todo lo que en algún momento ha sido captado consciente mente por nosotros (tanto las acciones como los sentimientos inherentes de las mismas), permanecen como si estuviese grabado y almacenado en nuestro cerebro, pudiendo ser reproducido en cualquier momento.
Si volvemos a "escuchar" una grabación, de nuevo, oiremos y sentiremos tal como se desarrolló inicialmente.
En la persona del PADRE se hallan las grabaciones de las actitudes, conductas y conceptos que fueron aprendidos en la infancia:.
Pautas sociales, morales, religiosas, las reglas de convivencia, lo que debemos y no debemos hacer.
EL PADRE juzga, ordena, critica y protege nuestra persona.
EL ADULTO es como una computadora que procesa la realidad a través del pensamiento racional y lógico. Es el único estado del YO capaz de re programarse. Siempre funciona con información y es por ello que, EL ADULTO computa y razona.
EL NIÑO, reciden las emociones, la imaginación, intuición, diversión, creatividad, espontaneidad, arte. La persona del NIÑO busca el placer y tratar de evitar el dolor. Se manifiesta también porque a veces es grosero, lloroso, violento... EL NIÑO crea, siente, intuye y se divierte.
Para desaprender y re aprender hemos de analizar si lo que se ha de hacer (P) y lo que nos gustaría hacer (N) es lo que conviene hacer (A), y a partir de este proceso racional y lógico, se van tomando poco a poco decisiones sobre nuestra nueva forma de vivir y de hacer las cosas.
Tenemos que estar constantemente dispuestos a mejorar los esquemas de conducta. No se han de aceptar las cosas porque siempre se han hecho así. La flexibilidad mental es una herramienta primordial en la auto superación del día a día.
Continuará...
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