lunes, 11 de julio de 2016

Consejos, para quererte más, a ti mismo/a...

Consejos, para quererte más, a ti mismo/a...


“Quererse a uno mismo”, la gran asignatura pendiente.
El problema va a más, cuando además de no valorarnos lo suficiente, dejamos que otras personas vayan pisoteando pedacitos de nosotros, llegando incluso a disculpar ese comportamiento de cara a nosotros mismos y de cara a los demás observadores. Y entonces llega la gran pregunta:
¿Qué hago mal para que me traten así?
Podríamos responder una parte de esta pregunta diciendo justamente esto: lo que haces mal es no quererte a ti mismo/a…
Aprender a quererse a uno mismo, supone ser conscientes de nuestras fortalezas y debilidades. Supone que tú mismo seas tú referente, tus criterios y valores, son los que guían y marcan tú camino. Aprender a quererse a uno mismo es establecer prioridades en base a lo que tú consideras importante. Supone marcar límites entre los demás y tú.
Con todo ello no me refiero a que debamos eliminar la auto crítica de nuestras vidas, pues tanto la auto crítica como la auto evaluación son conductas necesarias que conllevan también a nuestra adaptación, el problema está en cómo se utilizan, estos procesos, pues utilizados agresiva y destructivamente afectan a nuestro auto concepto, pero usados adecuadamente, sirven como guía motivadora.
Acércate más a ti mismo con los siguientes pasos:
Sé realista: Evalúa las expectativas que tienes de ti mismo y cuál es tú realidad. Realiza una comparación entre ambos aspectos, estudia qué es posible y qué no.
Respeta tus deseos: Tus pensamientos y emociones no son más o menos válidos que los pensamientos y emociones de otras personas, simplemente son y, por tanto, debes prestarles atención y atender lo que te están indicando, sin tacharlas de inválidas o incoherentes. No ocultes aquello que necesitas, no te niegues la posibilidad de decidir sobre ti mismo/a.
Pregúntate: Para conocer a los demás, realizamos preguntas, ¿por qué no, entonces, haces el mismo proceso contigo mismo? Hazte preguntas en distintas situaciones y observa cómo respondes. No importa si la respuesta ante una pregunta es “no lo sé”, pues es ya una respuesta, que te está dando una información sobre ti. Hazte más preguntas sobre lo que sientes, cuando estés inmerso en una situación, párate y pregúntate ¿qué quiero yo realmente?
Permítete estar triste, enfadado, sentir miedo…: Las emociones negativas son un aspecto inherente al ser humano, son emociones igual de válidas como la alegría o la sorpresa y como tal, dan también información sobre cómo vivencias en tu entorno. Negar estas emociones supone negar una parte de ti, y supone plantarte una “coraza emocional” de la que después te costará deshacerte, una coraza que además te aleja más del camino, de quererte a ti mismo. Empieza por permitirte experimentarlas.
Trata de ser más flexible: El mundo no es todo o nada, bueno o malo. Existen términos medios que normalmente, no aplicamos a nuestra propia vida. Intenta no utilizar el criterio dicotómico extremista para evaluar la realidad, no pienses en términos absolutistas: no hay nada totalmente bueno o malo. Recuerda que debes tener tolerancia, a que las cosas se desvíen a veces de su camino.

No auto observes sólo lo malo: Si maldices la lluvia, no verás el arco iris. Si únicamente presta atención a los aspectos negativos, no estarás dejando espacio para los positivos o los neutros. Dedica tiempo a prestar atención a estas tres posibilidades.





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