La depresión... Me siento mal, pero no sé lo que tengo...
Muchas veces, nos preguntamos el: ¿Por qué me siento mal, y
no sé lo que tengo?
Nos sentimos como atrapados, sin ánimo, y buscaremos
respuestas a las preguntas que ni siquiera podemos formular. Quisiéramos tener
un sabio a nuestro lado, y que este nos explicara que no sucede. Pero, lo que
menos sospechamos es que se trate de una enfermedad. La cual nos puede afectar
de formas muy negativas en nuestra vida e incluso perturbar las relaciones con
las personas que nos rodean.
La depresión es una enfermedad que puede afectar a
cualquiera, independientemente de la edad, raza, clase social o género. En
algunas ocasiones se le llama el "resfrío común" de las enfermedades
mentales. Y si sigues leyendo, más adelante te ayudaré a darle un poco de sopa
de pollo a tu mente para deshacerte de esos síntomas.
Se presenta como resultado de un cambio, ya sea de un
contratiempo en las actividades diarias o una pérdida a nivel afectivo; de
hecho, hace un tiempo atrás presenté un escrito en mi blog, para olvidar a
parejas, cuando se separan unas de otros: (Pasos para olvidar a tu pareja). Los
sentimientos dolorosos que acompañan estos acontecimientos son normalmente
apropiados, necesarios y transitorios, y pueden incluso ser una oportunidad
para mejorar tu persona.
Pero si la depresión persiste puede perjudicar la vida
diaria, e indicarnos la existencia de un trastorno depresivo. La gravedad, la
duración y la presencia de otros síntomas son los factores que distinguen la
tristeza normal de un síndrome depresivo.
Se estima que, en los países desarrollados, la depresión
afecta del 10% al 15% de la población. Los expertos calculan que el 2% son
niños y entre el 4% al 8% son jóvenes, los cuales sufren de depresión. La
incidencia más alta aparece en las jóvenes después de la pubertad, aunque en
los jóvenes es mucho más frecuente antes que la pubertad.
Los síntomas en los niños pueden diferir de los, de los
adultos pueden evidenciarse sólo por informes de problemas en la escuela. Los
estudios sugieren que cuando los niños y los adolescentes son tratados, se
recupera hasta en un 80%. Aun así entre el 25 y el 50% de estos jóvenes
presentan una reaparición de su depresión en los dos primeros años tras su
primer episodio. Muchos podrían recibir la ayuda necesaria con tan sólo
identificar las a tiempo.
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