lunes, 4 de julio de 2016

El amor nunca se malgasta...

El amor nunca se malgasta...


Con la lectura del libro "El café de los corazones rotos". De Penélope Stokes. Logré sacar ciertos estribillos que a mi parecer son muy importantes, para el uso diario y poder reconocer que tenemos en nuestros corazones.
"Mi madre solía decir que el amor nunca se malgasta, aunque no te lo devuelvan en la misma medida que te lo mereces o deseas".
"Déjalo salir a caudales, decía. Abre tu corazón y no tengas miedo de que te lo rompan. Los corazones protegidos, acaban convertidos en piedras".
El amor nunca se pierde o se olvida, se queda guardado en nuestro corazón. Y lo hace, aunque no pensemos en él, aunque nos tapemos los ojos o aunque ese amor ya no tenga un puesto relevante en nuestras vidas y en nuestras memorias.
En este sentido, el amor nunca deja de ser y de tener un sentido. Sin embargo, a veces, dar amor y no ser correspondido de la forma que necesitamos puede llegar a ser muy frustran té y desolador.
Es innegable que dar mucho y recibir poco también nos cansa. El truco está en no esperar nada de nadie, excepto de ti mismo. Lo que tenga que llegar, llegara, pero no a modo de pago idéntico e inmediato por nuestras acciones.
"Cultiva tu capacidad de dar sin descuidar su capacidad de recibir". (Esto choca violentamente con la concepción que tenemos del amor como necesidad y la entrega total y absoluta hacia el otro). Nos cuesta entenderlo, pero es necesario que dejemos atrás y desechemos la idea del amor, de las películas.
"Lo hago todo por y para ti y si te vas de mi lado ya nada tiene sentido".
No obstante, hay relaciones de parejas que están abocadas al fracaso por la ausencia total de reciprocidad y de gratitud. Esto es natural, pues la única forma de mantener despierto el amor es regalando lo cada día.
Sin embargo, es necesario que hagamos una auto crítica y analicemos si lo que esperamos de nuestra pareja es lo que nosotros haríamos o hacemos. Si esto es así, estamos destruyendo nuestra relación y haciéndonos daño a nosotros mismos de una manera gratuita. Cada persona es como es y da amor de diferentes formas.
De todas formas, una ruptura protagonizada por la dependencia emocional significa la oportunidad de trabajar, en eliminar nuestras necesidades y cultivar nuestro interior. Los corazones rotos se recuperan y llegan a generar preciosas historias de amor, de gente que ama sin tener la necesidad de esperar nada a cambio.
El amor no se pierde, se transforma.
Si bien no se trata de cualquier amor, sino del amor de uno mismo, del que sabe verse y ver a los demás con respeto y cariño. Así es, el que quiere amor, da amor. Porque darlo es la mejor forma de recibirlo, y no necesariamente de los demás, sino de uno mismo.
El hecho de dar luz verde a nuestros propios sentimientos tiene una gran trascendencia, ya que nos hace sentir bien, capaces de amar y de ser amados.
"Lo que se siembra, se cosecha en abundancia". (Dicho de otra forma, abrir nuestro corazón y dar rienda suelta a nuestros sentimientos e impedir que nos convirtamos en corazones de piedra).
Bien, se sabe que las piedras ni sienten ni padece y que les da igual frío o calor. Nosotros no somos de piedra, somos corazones que saben dar, sienten y piensan.
Es obvio que no queremos vivir encerrados, por lo que no resulta muy inteligente de ser, nosotros, nuestros propios carceleros y apresar los sentimientos que brotan con naturalidad.
"Uno puede elegir entre ser una persona feliz y optimista o ser una persona triste y negativa. Nadie es responsable de hacer a otro feliz o no. La elección depende de uno mismo".
El amor propio es un trofeo que siempre está a nuestro alcance.
Quererse es la mejor forma de ofrecer y de tener mucho que dar a los demás. En principio, si tienes pareja, disfrutarás mucho más de vuestra relación prefiriéndola que necesitándola.
Esto es complicado y al principio puede generar conflictos, ya que concebimos una relación amorosa y de pareja con una relación de dependencia emocional. Sin embargo, debemos deshacernos de esas ideas preconcebidas y crear nuevos replanteamientos, que nos ayuden a reavivar o a cultivar el amor, tanto el propio como el ajeno.
"Para amar hay que emprender un trabajo interior que sólo la soledad hace posible".

Mi consejo es simple, Cultiva tu Capacidad de dar sin descuidar tu Capacidad de Recibir...



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