La paciencia, es un rasgo de las personas, mentalmente fuertes...
Un hombre no se siente orgulloso de las alegrías y del
placer. En el fondo lo único que da orgullo y alegría al espíritu son los
esfuerzos superados con bravura y los sufrimientos soportados con paciencia.
La paciencia podemos definirla como una actitud, una
característica, un estado, una manera… sea cual sea la definición que le demos
a la paciencia, definitivamente es una virtud, una virtud que acompaña al ser
humano y que se caracteriza por el poder soportar todos los contratiempos y las
dificultades que se nos atraviesan en el camino.
Viéndolo desde el punto de vista filosófico, “la paciencia
es la constancia valerosa que se opone al mal y a pesar de lo que sufre el
hombre no se deja dominar por él”.
Si he hecho descubrimientos invaluables ha sido más por
tener paciencia que cualquier otro talento.
Muchos momentos de nuestra vida requieren de paciencia, pues
implica tolerancia, calma, pasividad frente a la manera en la que reaccionamos
ante determinadas situaciones o determinados momentos.
No se trata únicamente de poseer la virtud de aguantar, con
tolerancia a las adversidades, consiste además en enfrentar estas
contrariedades con fortaleza, con entereza y sin lamentos, esto es lo que
caracteriza a las personas maduras, aquellas que saben esperar con calma, lo
que no depende de ellas y que definitivamente transforman el sufrimiento, que
acompaña la espera.
La paciencia es necesaria para vivir en pareja, para
negociar, para no volverse loco en un atasco de tráfico… Para cualquier
situación en la que puedas ponerte en el lugar del otro en vez de gritarle.
Hay circunstancias en nuestra vida que lamentablemente no
podemos cambiar, de forma inmediata, hay momentos que no podemos transformar de
una manera rápida, y definitivamente no siempre, se obtendrán resultados que
esperamos o que queremos, sin embargo, desarrollando la paciencia, cultivando
la sabiduría de esperar y de tolerar cualquier adversidad y cualquier
situación, esa espera será distinta, nos hará diferentes, será parte de la
madurez del ser humano, será parte de nuestra personalidad y de nuestra manera
de enfrentar la vida… y finalmente, sabremos reconocer cuando llegan los
resultados oportunos y sacar provecho de ellos.
Haz de la paciencia tu eterna compañera, conviértela en tu
aliada, recíbela cada vez que la veas llegar… aprenderás a ser una persona más
serena, más comprensiva, con menos prejuicios y por ende tendrás una visión más
clara de todas las cosas.
La sabiduría y la madurez que otorga la paciencia no se
aprende, nadie te la cuenta, no se transmite… solo está latente esperando
pacientemente ser encontrada.
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