lunes, 17 de agosto de 2015

El perdón sana el alma y anima a seguir adelante...

    Que fácil es hablar del perdón, pero qué difícil es darlo.

    Algunos han dicho que es un don, el saber que estamos equivocados y que podemos ser perdonados, pero.

    ¿Qué pasa con los que se equivocan y nos hacen daño?.

    Algunas veces deseamos castigar a dicha persona, pero quienes salen más castigados somos nosotros mismos. Para liberarnos, es necesario renunciar a esos sentimientos dolorosos que no son nuestros, sino que son de quien nos hizo daño, y hay que dejarlos ir.

    Cuando sucede esto, me pregunto.

    ¿Qué hubiera yo hecho en lugar de la otra persona que me hizo daño, si yo hubiera estado en la misma situación y circunstancias?.

    Casi siempre concluyo que en ese momento, lo que hizo esa persona, fue su mejor opción para el, aún que no para mí, y lo que la otra persona hizo fue sólo protegerse, no fue su intención hacerme daño.

    ¿Acaso no hice sentir yo alguna vez a otra persona de la misma manera?.

    ¿Estaré pensando que mis sentimientos valen más que los de la otra persona?.

    Y de ahí viene la siguiente reflexión:.

    Me hizo daño. Simplemente la otra persona no conoce toda mi vida ni mi pasado, igual que yo no conozco la suya, y no sabe lo que traigo guardado en mi historia personal.

    El perdón no se pide, se da... Y la razón más importante para darlo es que te liberas de una gran carga...

    ¿Qué prefieres?.

    ¿Ser feliz o tener la razón?....

    Gracias, hay mucho que pensar de esto....

No hay comentarios:

Publicar un comentario