domingo, 16 de agosto de 2015

La sinceridad, tan clara como una gota de agua...

    "Manifiesta, si es conveniente, a la persona idónea y en el momento adecuado, lo que ha hecho, lo que ha visto, lo que piensa, lo que siente, etc.. con claridad, respecto a la situación personal o a la de los demás."

    Para muchas personas, la sinceridad, no significa tener en cuenta las palabras "Si es conveniente" y "A la persona idónea y en el momento adecuado"...

    Para que la sinceridad tenga sentido, no puede tratarse de una comunicación al azar. La persona tiene que reconocer su propia realidad y poseer la en cierto grado, para luego comunicar la, de acuerdo con su discernimiento. Concreta mente, la sinceridad debería ser gobernada por la claridad y por la prudencia...

    ¿Alguna vez has sentido la desilusión, de descubrir la verdad?.

    ¿Es verdad que descubres, un engaño o una mentira?.

    Seguramente que si; la incomodidad que provoca el sentirnos defraudados, es una experiencia que nunca deseamos volver a vivir, y a veces, nos impide volver a confiar en las personas, aún sin ser las causantes de nuestras desilusiones.

    Pero la sinceridad, como las demás virtudes, no es algo que debamos esperar de los demás, es un valor que debemos vivir, para tener amigos, para ser dignos de confianza...

    La sinceridad es una virtud que caracteriza a las personas por la actitud congruente que mantienen en todo momento...

    Se asienta en el compromiso y en la sinceridad, en saber negarnos a nosotros mismos, con el corazón limpio de adherencias viscosas.

    Dejándonos corregir, o siendo conscientes de que los hijos no son un estorbo o asunto exclusivo de las madres, son de los dos. Es entonces cuando comenzamos a vislumbrar lo más profundo del amor, y su excelencia.

    Descubrimos que el amor conyugal no es un vago sentimentalismo de usar y tirar, no es una auto complacencia o placer fugaz. El amor trasciende ya por entero en nuestras vidas. Es comunión. Sin cansancio...

    Porque saber querer es saber servir. Sólo entonces comprendemos, y la fidelidad será algo más que una bonita palabra...

    Será nada más y nada menos que nuestra más completa felicidad...

    ¿Qué es imposible?... Probemos en el olvidarnos de nosotros mismos. Poco a poco. No hay gimnasia más eficaz, a la hora de fortalecer el matrimonio, las relaciones de pareja, las relaciones de familia, las relaciones con nuestro entorno...

    Gracias, siempre con ustedes...

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