miércoles, 26 de agosto de 2015

En la Realidad... Amarte y amar.

    Amarse a uno mismo no es más que ser coherente con los valores internos de cada uno de nosotros, dejarlos fluir y concederse el derecho de equivocarse, para aprender.

    No hay más, y a esto hemos venido a la vida, para aprender. Y luego, compartir todo eso con, y por amor.

    Claro está que tenemos toda nuestra vida para lograrlo. No hay prisa, aún que nadie sabe el tiempo que permanecerá en esta vida.

    Y eso sólo es posible aceptando la realidad, que no es más que una serie de oportunidades que nos ofrece la vida para alcanzar las metas.

    Mientras no aceptemos la realidad, poco o nada haremos en ese camino, tan sólo sobreviviremos en un mundo de ilusiones ficticias, que no hacen más que desvirtuar la realidad de la vida. Y sin la realidad aceptada, no hay, ni puede haber amor...

    El amor, es aceptar la realidad y confiar en la vida. Porque, si no juzgamos lo que ya nos aporta, viviremos las distintas experiencias como oportunidades para aceptar y conocer nuestra realidad, aún que a veces para ello, debamos sufrir. El sufrimiento al fin y al cabo nos ayuda a despertar de la ficción.

    El amor, y el dolor, y como consecuencia el sufrimiento que nos provoca, son emociones esenciales y consubstanciales del ser humano y, por tanto, de su propia vida.

    Pero también es un don humano la libertad, que no es más que la capacidad de decidir qué efecto provoca cada circunstancia, si es gratificante o adversa, en nuestras vidas. Pero, para ser libres, uno debe deshacerse de los condicionantes internos (lo aprendido de los demás, lo ya vivido con sus secuelas y las expectativas no basadas en la realidad) y externos (lo que sucede alrededor nuestro que nos hace sólo espectadores o víctimas propiciatorias de ello) y, siendo conscientes y protagonistas del aquí y ahora, viviendo y construyendo cada día, nuestra propia vida, plena con valentía, paso a paso, decisión a decisión...y compartiendo la con firmeza, sin miedo, nuestro amor y voluntad...

    Gracias, por estar ahí, un abrazo fuerte...

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