Para pasar página, hay que cerrar heridas... (Segunda y última parte).
Las heridas se cierran, como veíamos en el escrito anterior y otros escritos ya publicados. Aceptando que las cosas son como son, que lo que ha pasado, ya no lo podemos cambiar, pero que depende de nosotros como va a ser el futuro que nos espera. El futuro está por venir y nada de lo que ha pasado puede determinarlo. Es nuestra elección, decidir cómo vivimos nuestra vida.
Además si aceptamos que no podemos cambiar el pasado, ni tampoco la realidad y que la vida que nos ha tocado vivir, es la que es, podemos empezar a trabajar de forma pro activa para cambiar las cosas que no nos gustan. Es decir, detectar lo que nos falta, lo que nos sobra, lo que no queremos que sea así y una a una abordar esas cuestiones. Si no eres feliz con tu pareja, puedes decidirte separarte, si no eres feliz con lo que haces en la vida, puedes elegir cambiar de vida, si para ello te hace falta estudiar ese momento, te recomiendo que lo hagas.
Si aprendemos a aceptar, a dejar que el dolor haga su recorrido y a dejarlo marchar cuando sea el momento, podremos empezar a mirar la vida desde otra perspectiva. Las emociones hay que saber gestionar las, el dolor, la rabia, la tristeza y muchas más, todo esto tienes que aprender a gestionarlo, aceptar lo y dejar que te abandone, igual que lo hacen otras emociones mucho más placenteras. Del mismo modo que no siempre estás contento, cuando te pasa algo bueno, sino que la alegría viene, se apodera de ti, se queda un poco y luego se va, tienes que aprender a hacer lo mismo con las otras emociones.
Para sanar tus propias heridas es básico que aprendas a perdonarte, seas o no el causante de tus males, si no te perdonas, no serás capaz de cerrar heridas y de pasar página.
Te recomendamos que busques ayuda, bien con un profesional, alguien de confianza de la familia, un amigo o amiga de confianza, o uno de tantos libros y escritos relacionados con la autoestima....
Gracias, por estar ahí....
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