domingo, 11 de octubre de 2015

Sin defensas para el amor...

    Defender equivale a rechazar.

    El polo opuesto de rechazar, es amar.

    Se ha definido el amor desde múltiples ángulos, y en los planos más diversos, pero cada forma de amor, puede reducirse al acto de dar acogida.

    En el amor, el ser humano abre barreras, y deja entrar algo que estaba fuera de ellos.

    A estas barreras las llamamos "YO" (el ego), y todo aquello que queda fuera de la propia identidad, es para nuestros "TÚ" (el otro).

    En el amor, esta barrera se abre para admitir a un "TU" que, con la unión, se convertirá en "YO".

    Allí donde ponemos una barrera, rechazamos, y donde quitaremos la barrera, amamos.

    En muchas ocasiones utilizamos la expresión de "mecanismo de defensa" para designar los resortes de la conciencia, que impiden la penetración de elementos amenazadores, procedentes del subconsciente.

    Aquí conviene insistir en la educación, ya que todo repudio o rechazo de una manifestación, procedente del entorno, es siempre expresión externa, de un rechazo psíquico interno.

    Todo rechazo consolida nuestro ego, ya que acentúa la separación.

    Por ello para el ser humano, la negación, le resulta considerablemente más grata, que la afirmación.

    Cada "NO", cada resistencia, nos permite sentir nuestra frontera, en nuestro "YO", mientras que, en cada "comunión" esta frontera se difumina, no nos sentimos a nosotros mismos.

    Es difícil expresar con palabras lo que son los mecanismos de defensa, ya que sólo se pueden describir, aquellos que se reconocen, por lo menos, en otras personas.

    Los mecanismos de defensa son la suma de todo lo que nos impide ser perfectos y completos.

    La teoría es fácil de definir, en qué consiste el camino de la iluminación... En todo lo bueno.

    "Comulgar con todo, lo que es y será, uno con todo lo que es".

    ¡Éste es el camino del amor!...

    Gracias, siempre....


No hay comentarios:

Publicar un comentario