viernes, 11 de septiembre de 2015

"La soledad es el imperio de la conciencia... (Tercera y última parte).

        LA INDEPENDENCIA SANA.

    "Es muy fácil encontrar la felicidad dentro de uno mismo, pero imposible hallar la en ninguna otra parte".

    El primer paso para reconciliarnos con ella consiste en gestionar mejor nuestra manera de compartir.

    A menudo, quienes padecen de soledad, suelen buscar cualquier oportunidad para descargar sus aflicciones. Lo cierto es que cuando llevamos mucho tiempo conteniendo nuestra necesidad de compartir, en cuanto vemos la oportunidad abrimos al máximo las compuertas. Y por lo general, no obtenemos los resultados deseados. Tal vez la descarga nos aporte un alivio momentáneo, pero no nos libera de la cárcel de la soledad. Somos nosotros quienes tenemos esa llave.

    Al fin y al cabo, la soledad no entiende de física. Podemos sentirnos tremenda mente solos en una sala llena de personas. No se trata de la cantidad de personas que nos rodean, sino de la calidad de los intercambios que realizamos con ellas. La necesidad de conectar con otras personas a un nivel más allá del superficial, esto forma parte de la condición humana. De ahí la importancia de cambiar nuestra estrategia de comunicación.

    Si aspiramos a construir relaciones sanas, tenemos que empezar por interesarnos por los demás, antes de avasallar los con un incesante monólogo. Y es que cada vez que nos abrimos a escuchar, nos conectamos con la parte más genuina de nosotros mismos.

    Dedicar tiempo a establecer relaciones de calidad es el primer paso, para liberarnos de la soledad, no deseada. En última instancia somos seres sociales que necesitamos de los demás para construirnos a nosotros mismos. Y no sólo para cubrir nuestras necesidades afectivas, sino para afianzar nuestra autoestima. En este proceso también es importante utilizar nuestra mente de manera creativa, ocupando la con pensamientos estimulantes, en vez de maltratarnos con pensamientos nocivos.

    Por ejemplo;.

    Cada vez que nos salte el pensamiento "me siento solo", podemos sustituirlo por la afirmación "estoy acompañado por mí mismo".

    No en vano, quienes sacan provecho a su propia compañía, rara vez se aburren, y no necesitan de un ambiente externo favorable para sentirse bien. Es el resultado de darnos lo, lo que necesitamos en vez de buscarlo en los demás. Depende únicamente de nosotros para transformar el desierto de la soledad en un jardín secreto, un refugio del ruido que existe en nuestra vida. Un lugar donde podemos estar solos sin sentirnos desconectados del mundo. De ahí la importancia de comprometernos con el reto, que propone la soledad.

    Si optamos por aliarnos con ella en vez de padecer la, podremos mejorar notablemente nuestra calidad de vida. Se trata de un proceso que requiere toneladas de honestidad y buenas dosis de voluntad. No en vano, implica mostrarnos desde la vulnerabilidad. Y estar dispuestos a realizar cambios importantes en nuestra conducta, nuestras actitudes y nuestras rutinas.

    Tal vez entonces seamos capaces de visitar ese jardín de vez en cuando, con la certeza de que estamos bien acompañados... por nosotros mismos.

    Preguntas para hacernos:.

    ¿En qué situaciones me siento sola/o?.

    ¿Qué me aporta la soledad?.

    ¿Qué pasaría si convirtiera la soledad en una oportunidad para conocerme mejor?.

    Gracias, buena suerte a todos...

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