martes, 1 de septiembre de 2015

¿En tu relación de pareja hay dependencia o amor?.

    Alguna vez, ha sentido este tipo de emociones o actos:.

    ¿Sensación de que sin él o ella no puedes estar?.

    ¿Estar sentada/o a la espera de su llamada?.

    ¿Mirar el celular muchas veces corrida?.

    ¿Un gran vacío en tu interior, si no estás a su lado?.

    ¿Te sientes triste, deprimida/o si pasa mucho tiempo sin saber nada de esa persona?.

    ¿Haces o inventadas de todo para captar su atención?.

    ¿Te entregas sin medidas, esperando que algún día te haga caso?.

    En definitiva... ¿En tu relación de pareja hay dependencia o amor?.

    Si alguna de estas preguntas es afirmativa, eres una persona dependiente de algo que pensamos que es "amor", cuando en realidad no lo es...

    Tan sólo es, dependencia de la aprobación y valoración de esa persona en la que enfocamos toda nuestra atención y que por el motivo que sea, no nos ofrece lo que necesitamos o deseamos.

    Cuando hay amor verdadero, no hay dependencia, no existe la posesión, tan sólo hay confianza, respeto a su espacio y libertad.

    Te hace feliz ver cómo esa persona crece en paralelo a ti, como lleva sus proyectos a cabo, y como prospera laboral, económica y personalmente. Su "felicidad" es la tuya, no te genera temor, que tengas a personas a las que quieres, porque tu corazón es libre y grande para hacerlo.

    Todos tenemos un punto de desconfianza por el daño que se nos ha hecho a lo largo de nuestra vida, y ese punto es el de defensa que nos hace ponernos en guardia, en beneficio de nuestro bienestar (es el falso muro levantado por nuestra mente) y ahí viene nuestro punto débil, a coger un martillo y a derrumbarlo.

    Sin confianza no haya amor, las personas no tenemos dueño, como lo son todos los objetos, no nos pertenecen, quien quiera estar a nuestro lado, que sea por que así lo desea, así lo siente y le apetezca compartir su espacio con nosotros.

    Curioso es que cuanto más libertad regalas, más tiempo quieren pasar junto a ti. ¿El por qué? Es muy sencillo, es el amor en libertad el que brindas, aportas tus virtudes como complemento a otro ser, ofreces lo mejor de ti, y juntos se enriquecen y crecen. Los defectos se maduran, se dialogan y se pulen entre ambos, formando un maravilloso equipo.

    Otro tema es que te ignoren, no te valoren, o no te demuestren el cariño. Y hay que reclamarlo, tenemos derechos de pedir lo que deseamos, o necesitamos, pero respetar que no te lo den, porque al igual que tu, la otra persona está en el derecho de no darlo.

    Ahí viene el planteamiento de seguir con una relación que no nos hace felices, (y es con el derecho por ley que hemos nacido). Si no nos sentimos felices con nuestra pareja, es la mejor manera de saber que algo está fallando en nuestra vida. Empecemos mirándonos el ombligo, y viendo si realmente el problema somos nosotros por nuestra dependencia, o la otra persona por su abandono.

    Es fácil decir, es que no me da lo que le ofrezco, es que me des vivo y hace lo que quiere. La otra persona puede o no estar actuando bien, pero tú eres el responsable de tu vida y felicidad. Sólo única y exclusivamente eres quien se puede dar la felicidad. Hacer cosas que te distraigan, como leer, escribir, hacer deporte, salir a pasear.

    Cada persona con sus aficiones y entretenimientos, dirigiendo el barco en el que navegan. Haciendo las cosas que de verdad les gusta y les apetece, hacer de todo sin estar solo pendiente de otra/o persona. Disfrutar de tu espacio, y crecer individualmente.

    Yo sigo trabajando y esforzándome cada día por mantener la voz de la desconfianza, callada y, que no me anule, quien soy verdaderamente, es un entretenimiento diario que a base de esfuerzo se convierte en un hábito.

    En busca de un amor tan libre como el que soy capaz de ofrecer....

    Mucha suerte en la confianza del amor, en la libertad y la independencia...

    Gracias, un abrazo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario