¿Cuanta autoestima tienes?. (Primera parte).
Si tuvieras que ponerte un precio a ti mismo. ¿Cual sería?. Y si te pregunto el valor de tu vida en dólares y centavos.
¿Serías capaz de darme una cifra exacta?.
¿Piensas que hay personas que valen más que otras?.
Por muy evidente que parezca la respuesta, no lo es tanto.
Hace unos días vi un documental por HBO. Que trata, justamente de este tema, en el que les piden a varias personas que le pongan un precio a sus vidas. (Autoestima).
Lo más increíble de todo no es el precio que se ponen, sino el hecho de ser capaces de ponerse un número, como si en lugar de personas fueran autos, electrodomésticos, perfumes; en definitiva, simplemente mercancía.
El precio de cualquier producto es objetivo, pues cambia continuamente, se negocia, se evalúa, luego vuelve a subir. Las cosas no tienen un valor por ellas mismas, somos nosotros quienes les ponemos valor o precio; las personas si. El valor de las cosas es cambiante, depende de quien las venda, las compre, del lugar, etc...
En cambio, el valor de las personas es universal, pues vale lo mismo como persona en Europa, en Asia o en cualquier parte del mundo, un panadero, que un abogado, que un rico o un pobre, la lista es interminable. Pero la autoestima condiciona el precio que nos ponemos.
El autoestima:. ¿Tanto tienes, tanto vales?.
Esta idea es una de las más extendidas en nuestra sociedad. Nos guste o no es así:. Lamentablemente se valora a las personas según lo que tienen, del lugar de donde son. Para darte un ejemplo le presentare a tres personas, que son imaginarias:.
Miguel:. Viste de manera impecable, siempre lleva marcas en todo, relojes de lujo, conduce un auto de última serie y vive en una zona de las más caras de la ciudad.
María:. Vive en una pequeña habitación y trabaja 15 horas al día para sacar adelante a su familia.
Sam:. Es de Senegal y acaba de llegar a este país sin nada, en busca de una vida mejor.
Ahora dime:. ¿Cual vale más de los tres?.
Para los que dirigen nuestra sociedad, el más valioso sería sin lugar a dudas Miguel:. El hombre-producto, el que nada pide, el que calla y consume. María, sin embargo, ya tanto no interesa, es cierto que es muy trabajadora y eso interesa a las empresas, pero quizás algún día decida moverse, y reclamar sus derechos, pedir alguna ayuda.
¿Y qué hay de Sam?. Pues que no tiene nada, ni tan siquiera un dólar o un euro, quizás alguien pueda contratarlo y aprovecharse de su trabajo, por un bajo sueldo, pero nada más. Es el autoestima del tanto tienes, tanto vales.
Es así de simple, y no cabe ninguna duda. No seamos tan hipócritas como los políticos que dicen:. "Vamos a dar ayudas, nos preocupamos de los demás", y al final no hacen nada. Mientras tanto, la publicidad sigue recordándote que si no llevas el último modelo de mocasines no eres nadie, que si no llevas tal marca, mejor no salgas de tu casa; así que si no tienes dinero la cosa está bien fuerte....
Continúa.
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