lunes, 25 de mayo de 2015

Vecino, ¿Me puedes prestar tu martillo?...

    En este escrito podremos identificar:.

    Cuantas veces reaccionamos equivocadamente con alguien por culpa de nuestros "prejuicios", nuestras opiniones infundadas o mal formadas sobre alguna persona.

    Un hombre quiere colgar un cuadro en la sala de su hogar. El clavo ya lo tiene, pero le falta el martillo. Y pensando bien recuerda que el vecino tiene uno. Así pues, nuestro hombre decide pedir al vecino que le preste el martillo.

    Pero le asaltan las dudas:.

    >  ¿Y si no quiere prestármelo?.... 

         Ahora recuerdo que ayer me saludó algo distraído. ..

         Tal vez tenía prisa...

         Pero quizás la prisa sólo era un pretexto y, mi vecino tiene algo contra mi persona...

    > ¿Qué podrá ser?...

         Yo no le he hecho nada... Será algo que se le ha metido en su cabeza.

         Sin duda, si alguien me pidiera una herramienta, yo se la daría enseguida.

    > ¿Por qué no habría de hacerlo él también?...

       ¿Cómo puede negarse uno a hacer un favor tan sencillo a otros?...

         Tipos como este le amargan la vida a uno... y luego puede pensar que debo de volver le el favor... Sólo porque tiene un martillo.

        ¡Esto es el colmo!....

    Después de este monólogo, nuestro hombre sale precipitado a la casa de su vecino. Toca el timbre. Se abre la puerta.... Y antes de que el vecino tenga tiempo u ocasión de decirle algo, nuestro protagonista le grita furioso:.

    "¡Quédese usted con su martillo!".....

    ¡Cuántas veces reaccionamos equivocadamente con alguien por culpa de nuestros "prejuicios", nuestras opiniones infundadas o mal formadas sobre este alguien!. ¡Cuántos conflictos agrandamos por seguir la espiral que marca sólo lo que generamos nosotros mismos en nuestras mentes!.

    > ¿Necesitaba nuestro hombre ese martillo?.

       ¿Qué pasó para que se quedara sin esa ayuda?.

    > ¿Cuál hubiera sido el resultado de no haber construido previamente todos los juicios que se hizo sobre su vecino?.

    > ¿Cual es la clave en este problema que "la parábola del martillo" nos dice?.

       ¿Qué debiera haber hecho nuestro hombre, desde el principio, para llegar a un desarrollo más gratificante para ambos?.

    > ¿Cómo es la comunicación que tienes con el resto del grupo de tus allegados?.

       ¿Qué puedes hacer para lograr que esa comunicación crezcas en calidad y cantidad con todas las personas con quien te relacionas a diario, para que te sientas mejor, y haya en todo mayor naturalidad?...

    Los prejuicios pueden ser combatidos con la buena comunicación....

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