martes, 12 de mayo de 2015

Tienes que ser feliz... Para poder hacerte feliz.. (Primera parte).

    ¿Alguna vez te ha pasado que, cuando te das cuenta de algo que habías ignorado y de repente lo descubres, te sientes contento y, a la vez, enojado contigo mismo por no haberlo visto antes?.

    Algo parecido me pareció a mí cuando descubrí, no hace mucho tiempo, que es imposible amar y ser amado, sin amarse a sí mismo, primero.

    De igual forma, no puedes desear compartir la felicidad o desear la a alguien más, si antes no eres capaz de ser feliz por ti mismo.

    Cuando descubres esto tan simple y "lógico", vives la vida de otra manera. Y te das cuenta de que lo que hasta ahora había vivido como amor o como felicidad compartida era falso, inconsistente e ilusorio.

    No era más que compartir carencias personales buscar el amor y la felicidad sólo por fuera. Por decirlo de alguna manera, buscabas fuera lo que no eras capaz de sentir por dentro. Y, recuerda siempre, nadie puede dar, ni por amor, con toda su fuerza, lo que no posee, por mucho que se empeñe...

    Hace no mucho recuerdo haber escrito algo que hoy ya soy capaz de sentir y decirlo en voz alta:.

    "Te quiero sentir feliz, porque no me necesitas, para hacerlo tu mismo/a".

    Luego, le siguieron otras frases como:.

    "Te amo porque no me necesita para amarte, aún que yo te ayude a conseguir lo".

    Hay quien llama a ese amor, incondicional, pues no depende de lo que te de alguien, si no de compartirlo incluso en la ausencia. Y eso significa que uno puede llegar a ser feliz deseando la felicidad de alguien, sin sentirse responsable o exclusivo de su vida, su amor y su felicidad. Es algo tal vez supera al humano y difícil de explicar, pero créeme que es maravilloso sentirse así y mucho más ser capaz de sentirlo por alguien a quien amas...

    Hasta entonces, en los amores anteriores tal vez sentías que tu eras la única persona capaz de hacer feliz a esa otra persona que creíste amar.

    Creías erróneamente que su felicidad en la vida era un mérito tuyo y sólo tuyo... Y que sin ti no sería capaz de ser feliz, por ella misma.

    Seguramente es un sentimiento humano, tal vez basado, demasiado en el ego, es decir, en la necesidad, la exclusividad, la pertenencia o la dependencia... por tanto, en la falta de libertad y en las carencias, de ambos.

    Es como si hubieras pretendido amarle tanto como para que ese alguien respirase por tus pulmones para ello se lo hubiera cedido, por amor.

    Si regalas tus pulmones aún que sea por amor, muy probablemente mueras en el intento...

Continua.

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