viernes, 13 de febrero de 2015

No tan sólo he aprendido... (Tercera parte).

    No tan sólo he aprendido porque el mundo te enseña, sino porque la vida es un círculo de enseñanzas y aprendizajes.

    He aprendido a ver con el corazón muchas pequeñas señales que suceden a mi alrededor, que otros muchos no ven, sólo con sus ojos.

    He aprendido a saber que eso es así y que es un privilegio que todos tenemos... pero muchos no manifiestan. Seguramente mi único mérito es haber perdido el miedo a ver desde dentro y a vivir según lo que veo con el corazón abierto. O sólo miro el miedo de cara... y eso es suficiente.

    He aprendido que, cuando tienes miedo, es que algo está llegando a tu corazón y este se siente vulnerable.

    Pero también he aprendido a ser vulnerable y aceptarlo, porque eso es precisamente lo que me hace fuerte.

    He aprendido que perder el miedo a la vulnerabilidad y a la fragilidad es lo que me hace valiente.

    También he aprendido que no veo nada que los otros no puedan ver, si quieren, a su debido momento. Nadie es tan especial como pensamos. Todos tenemos corazón, aunque lo que nos hace diferentes, ni mejores ni peores, es lo que hacemos con el, como nos afecta su sutil susurro.

    Y también he aprendido que cada cosa en la vida tiene su tiempo oportuno. Despertar el corazón o dejarlo dormido. Y que no soy nadie para despertar un corazón que yace dormido, a no ser que quiera ser despertado y me lo pidan. No puedo hacer ver algo que el otro no desea o no se atreve, mi respeto por su libertad es más importante que mi necesidad de ayudarle cogiéndole de la mano, aunque sea por amor.

    He aprendido que uno ama, cuando está realmente preparado para hacerlo y eso pasa cuando sientes la paz en tu interior, nunca antes ni por azar, siquiera...

Continua...

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