miércoles, 25 de febrero de 2015

¿Tú sabes que es el proceso de duelo?...

    Creer que la muerte de un ser querido nos puede matar, que no somos capaces de aguantar ni siquiera un momento de sufrimiento...

    Hemos sido condicionados a esto pero también funciona al revés, es decir, creer y confiar que se puede seguir adelante, hará que esta posibilidad se multiplique.

¿Qué es lo que nos lleva al duelo?.

    La respuesta general para esta pregunta es la pérdida de un ser querido, pero eso no es todo lo que nos provoca duelo, cualquier pérdida es un duelo, no tiene que ser solamente la muerte de alguien que amamos.

    También cuando renunciamos consciente o inconscientemente a algo, ya sean sueños o anhelos, la cancelación de una esperanza, la pérdida de un amor...

    Estas situaciones dolorosas provocan un sentimiento de duelo en nuestra vida.

    Cuando salimos de nuestra zona de confort, ya sea por decisión propia o simplemente porque nos "empujan a salir", este cambio en nuestra vida es un duelo;el proceso de elaborar algo diferente, una adaptación a lo nuevo, aunque sea para mejor, este proceso se conoce con el nombre de "elaboración de duelo" Este proceso es inevitable y necesario para poder sanar las heridas y renovar nuestra vida.

    Y los duelos, como su nombre lo indica duelen; para Freud el duelo es un trabajo, el trabajo de aceptar unas nuevas realidades, que quiere decir dejar de pelearme con la realidad que no es como yo quisiera.

    Después de llorar, de elaborar el duelo viene el encuentro con uno mismo, pero es horrible admitir que cada pérdida conlleva una ganancia, que cada dolor lleva un crecimiento personal. La muerte de algún ser querido es un hecho inevitable en nuestras vidas y el crecimiento con lleva también. Dejar es doloroso, pero perder algunas cosas significa haber ganado otras. Hay que vaciarse para poder llenarse.

    Nadie crece desde otro lugar que no sea haber pasado por un dolor asociado a una frustración a una pérdida.

    Tengo que aceptar que el mundo es como es y amigar me con el hecho de que así sea. La solución es dejar ir.

El proceso de un duelo normal:

* Conmoción.

La primera reacción de una pérdida es una absoluta incredulidad, el mundo se pone de cabeza y te sientes fuera de control, "no es posible, esto no está pasando, es una pesadilla...". Éstas como robot izado, te hablan y si acaso respondes son cosas sin sentido, te mueves y no recuerdas de que lo has hecho.

* Negación.

Es un intento de auto protección contra el dolor y contra la fantasía de sufrir. Esta es una etapa normal, pero se considera "anormal" cuando la negación va más allá de los primeros días.

* Dolor.

Es silencioso, solitario, implica aceptación estar en contacto con lo que perdimos, el sufrimiento pregunta por que aunque que sabe que ninguna respuesta lo conformara, en el dolor se acaban las preguntas, contacta con el sufrimiento de la tristeza, el dolor tiene un final, en cambio el sufrimiento podría no terminar nunca.

* Furia/ira.

Tiene como función anclarnos a la realidad, traernos de la situación catastrófica y prepararnos para lo que sigue...

* Culpa.

Nos sentimos culpables por habernos enojado, culpables por no evitar que muriera... Culparnos es una manera de decretar que yo lo habría podido evitar, una injusta acusación por aquello que no pudimos hacer.

* Desolación.

Esta es la etapa de la verdadera tristeza, aquí es donde está la impotencia, darnos cuenta que no hay nada que se pueda hacer, que la muerte es irremediable e irreversible.

    Después de recorrer todo este camino, tenemos que re traernos, ponernos para adentro, darnos cuenta de esta sensación, lo malo de esta etapa de desolación es que es desesperante, dolorosa, inmanejable; lo bueno es que pasa, y que mientras pasa nuestro ser se organiza para el proceso final...

> Aceptación.

    Date permiso de sentirte mal, necesitado, vulnerable. Permítete sentir el dolor plenamente porque el permiso es el primer paso de este camino y ningún camino se termina si antes no se comienza a recorrerlo.

Abre tu corazón al dolor registra y expresa las emociones que surjan, no las reprimas. 

Permítete el llanto.

Compártelo lo que te está pasando con tu familia y con tus amigos de confianza...

Llorar es tan exclusivamente humano como reír. Cuando las penas se comparten se divide el peso.

    Prepárate para las recaídas, sé amable contigo, descansa, ríe haz bromas. Confía en tus recursos para salir adelante. No realices cambios bruscos en tu vida, en medida de lo posible aplaza las decisiones importantes, no descuides tu salud.

    Se paciente con los demás, ignora los intentos de algunas personas de decirte cómo tienes que sentirte, apártate de ellos y busca la compañía de los que te comprendan, no te exijas demasiado, respeta tu propio ritmo, y lo principal Confía en ti.

    Aprende a vivir de nuevo.
 

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