miércoles, 11 de febrero de 2015

¿Tu puedes cambiar El mundo y La vida? Mundos paralelos. (Segunda parte).

    Pero la vida exige que seamos capaces de confiar en ella y apostemos por la felicidad, cueste lo que cueste.

    Y eso implica casi siempre ser capaces de olvidarnos de todo lo que hemos sido hasta ahora y de lo que tenemos aquí en este mundo nuestro.

    Cuando uno es capaz de desnudar su alma y descubrir lo auténtico que hay en ella, están empezando a ser feliz por el mero hecho de tener el valor de hacerlo. Atrás queda los objetivos, los bienes que nos brindan confort y seguridad, además de la simpatía de los demás, el mundo que nos rodea. Al fin y al cabo, este mundo está hecho de infelices y la suma de infelicidades no crea más felicidad.

    Así, en este mundo nuestro y loco, es difícil llegar a ser feliz, a pesar de que es algo que todos buscamos, sólo en el exterior. Regalamos, exigimos y compartimos felicidad, sin tenerla nosotros primero, y no se puede dar algo de uno no tiene para el. Así son nuestras relaciones humanas, llenas de infelicidad, por tanto precarias, imperfecta y muchas veces insanas y/o tóxicas.

    La vida nos pone frente a nosotros nuestra propia infelicidad, pero para que la superemos y apostemos por la siempre posible felicidad, esa que todos merecemos y hemos nacido para alcanzar. Y para ello, la vida nos regala momentos para despertar, aunque sean situaciones difíciles, adversidades, circunstancias que desearíamos evitar. Pero no tienen otro fin que ayudarnos a despertar.

    Despertar en nuestro mundo no es fácil. Los demás, incluso los que afirman querernos, no nos pone fácil ese despertar.

¿Mal de muchos, consuelo de tontos, quizás?

    Pero el hecho es que ese mundo que nos rodea tiene miedo ante las personas que despiertan, porque se convierten en personas non gratas, incómodas y a las que cuesta entender y aceptar. Esos seres raros o especiales que tienen el singular privilegio de ser como son y vivir lo así da miedo, a los demás. Porque tras ese miedo esta la propia incapacidad de luchar por su felicidad, esa que siempre y todos hemos soñado.

¿Qué mueve a esas personas valientes para que sean capaces de ser felices, desoyendo a los demás y aprendiendo cada día a no renunciar a su felicidad?.

¿Son santos o privilegiado pro hombres, o simplemente son personas valientes e integra que quiere aprender a vivir la vida, de verdad?

    De entrada, te diré que no son esos seres que se auto defiende como iluminados, gurus o maestros de los demás. Cada uno es maestro en su propia vida...

Continúa...

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