martes, 20 de enero de 2015

En estos tiempos, busca la serenidad...

    Alguien hace un cierto tiempo me dijo que no buscara serenidad fuera de mi, en estos momentos de incertidumbre general.

    Tenía razón, es difícil encontrarla, en unos momentos en que el caos parece haberse adueñado de nuestro mundo.

    Todo salta por los aires, dejando en evidencia nuestro imperfecto sistema, cuestionando nuestra histórica manera de proceder y quebrando una cierta inquietud ante los cambios que, día a día, llegan a nuestra vida.

Seguramente para mejor, pues peor no puede ser.

    Amarrarse a lo viejo y caduco, a lo conocido y previsible, aunque sea a todas luces memorable, es humano. Nos da miedo lo desconocido, aunque sea mejor. Intentamos evitar las sorpresas y con ellas lo que aún está por llegar.

    Pero deberíamos dejar de lado el miedo para poder aprovechar las oportunidades que se nos presentan. Cada cambio es una oportunidad, de mejorar o, simplemente aprender algo que debemos aprender.

Así se hace la vida, cada día.

Como alguien dijo, si haces siempre lo mismo, nunca cambiarás tu vida.

Y a estas alturas creo que hay ya pocas personas que se conforme con su vida actual.

    Pero no vale engañarse, pensar que la situación actual es algo coyuntural, temporal, y que pronto volverá lo de antes nuestra vida. Las cosas están cambiando a pasos agigantados, y pronto nada volverá a ser igual, en beneficio de todos. Pero para ello, solo deberemos dejar de resistirnos al cambio. Cualquier resistencia no nos provoca más que sufrimiento, además de dilatar el proceso de cambio. Por cierto, un cambio ya inevitable y, porque no admitirlo, seguramente positivo y esperanzador.

    Pero, ante cualquier novedad o cambio en nuestra vida, sólo tenemos dos opciones. Tener miedo o confiar. Si nos dejamos vencer por el miedo, éste nos bloqueará e impedirá que estemos atentos a lo que llega nuevo y a verlo como una oportunidad. Si, en cambio, confiamos, sabremos aprovechar la singular oportunidad que se nos ofrece. En cualquier caso, lo único que deberíamos ser capaces de admitir es que el mundo no está bien y que si seguimos haciendo lo mismo que hasta ahora, nunca mejorará. Podemos expresar nuestro miedo en un primer momento, lamentándonos por lo que dejamos atrás, compadeciéndonos de nosotros mismos o simplemente mirando hacia atrás, pero el siguiente paso necesario es empezar a andar hacia lo nuevo, aprendiendo a confiar.

    Y confianza es lo que nos falta a todos. Confianza en nosotros mismos y en nuestra capacidad de enfrentar nuevos retos, que nos ayuden a mejorar y a vivir lo que merecemos. Si no la adquirimos o la recuperamos, sólo nos queda confiar en los demás, para que nos saquen del atolladero en que estamos todos metidos. Pero, permitirme ser un poco duro y recordarte que los que nos han traído hasta este caos y han vivido de y de tu miedo, no serán quienes nos saquen de el. A muchas personas, empresas e instituciones de todo tipo les interesa el caos y el miedo, pues viven del. Como se dice popularmente, "a río revuelto ganancia de pescadores".

Quizás el primer cambio necesario ser admitir el cambio en sí mismo.

El segundo, aceptar que la resultante del cambio dependerá de nuestra actitud frente a él.

Y el tercero, que el verdadero cambio empieza y acaba por uno mismo, sin esperar que alguien haga por ti lo que tú no eres capaz de hacer.

    Sólo hay que dejar el miedo atrás para ser libre y atreverse a cambiar, para mejorar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario