sábado, 24 de enero de 2015

Recuentos de lecciones de la vida... (Quinta parte y última).

Continuación...

*El miedo, alejándose.

¿Cuántas cosas hubieran logrado, si no hubiera sentido miedo?

El miedo nos obstaculiza y paraliza.

    Suele aparecer ante lo nuevo, desconocido o inesperado en nuestra vida. Y por ello, contradice lo que la vida es, siempre algo cambiante, nuevo e imprevisible. Tenerlo es dejar de vivir. Esa es una de las lecciones más importantes de este año. Si pretendes mejorar tu vida, debes dejar de hacer lo mismo de siempre y explorar nuevas cosas. En ellas está en camino, el amor y la felicidad, siempre posibles. Pero para lograrlo, debes aceptar y vivir cosas que desconoces y que rompen tu estado de confortabilidad y comodidad. Eso intento hacer en cada nueva decisión que tomó hoy en mi vida.

    Estoy aprendiendo a confiar. Y este pasado año he sido un laboratorio para ensayar nuevos caminos en mi vida, aunque debo admitir que, en un principio, muchos de ellos me produjeron miedo, pues es algo humano sentirlo. Pero aprendí a mirar el miedo de cara y darme cuenta de que normalmente es una ilusión infundada. Al mirarlo fijamente desaparece, en cambio si lo evitas o lo ignoras, se queda dentro y vuelve a surgir a la menor oportunidad. Durante muchos años fui una víctima propiciatoria del miedo, consciente o inconscientemente. Hoy, día a día y especialmente durante este pasado año que ahora acaba de pasar, el miedo apenas hace mella en lo que pienso, siento o algo en mi día a día y cada día más dejo paso al amor en mi vida...

*Compartir.

    Una de las indudables estrellas de este año pasado ha sido aprender a compartir. Hoy comparto lo poco o mucho que poseo, mi experiencia, ni discreta sabiduría y mi amor por la vida. Lo comparto con las personas que quiero y con las personas poco más que anónimas que se cruzan en mi vida. Creo que nadie aparece porque si, sin alguna razón oculta para el encuentro. Todos somos espejos de todos y actuamos como tal, sin darle importancia. Pero unos aprendemos de otros, en cada situación. Si, además, compartes todo lo que eres, sientes y vives, cualquier relación por efímera o temporal que sea se convierte en un encuentro profundo, mágico y siempre singular.

    El "ganar y ganar" de los negocio es igualmente válido en las relaciones interpersonales y en toda nuestra vida, pues al fin y al cabo, nadie posee valores o talentos que no les sirvan al otro, por igual. Alguien dijo que en esta vida todos los encuentros son por una razón, para un momento o para toda la vida, aunque lo difícil es definirlo de antemano para saber cuál es cuál. Por eso es mejor tratar cada encuentro como algo especial, con sentido propio e irrepetible. Te permitirá vivir o aprender algo que debías vivir o aprender... Y compartir lo, con amor.

*El colofón del año.

    Un año que se acaba. Aderezado con amor verdadero, pero real y cotidiano, lo que me ha ayudado a vivir momentos mágicos, singulares e irrepetibles, pero también otros complicados y difíciles, en un momento de mi vida en que el suelo parece moverse bajo mis pies. Un año que hizo y hará historia en mi propia historia, lleno de amor verdadero hacia personas muy especiales y por mis amadas hijas y nietos que hoy ocupa mi corazón y por otras tantas personas singulares, momentos y lugares mágicos e irrepetibles, que me ayudaron a amar la vida y que serán un buen preámbulo en este nuevo año que recién comienza, y ya está aquí porque ha llegado....

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