jueves, 22 de enero de 2015

¿Que se esconde detrás de una lágrima? (Tercera parte)

    Vale aclarar que, muchas veces, el vampiro emocional no opera a nivel consciente; no sabe el efecto que tiene en los demás. Simplemente, es su forma de ser. Como también ocurre con el segundo ejemplar.

Vampiro a la vista...

    La segunda clase del vampiro emocional es más fácil de detectar, pero no menos difícil de sobrellevar. Éstos son algunos de los ejemplares más comunes, de acuerdo con la teoría de los expertos en relaciones interpersonales:

*1- Los negativos.

    Ven el mundo a través de lentes oscuros. Y a ti toca la ardua tarea de levantar les el ánimo, lo cual es como subir una piedra montaña arriba. "Tengo que buscar trabajo", dice ella. Ahora hay muchas oportunidades en tu campo, le dices tú. "Si, pero a mi edad", apunta ella. "La experiencia vale de mucho", señalas. "Ay, pero las empresas prefieren personas jóvenes". Llega el momento en que tu, que tratabas de animarla, acabas más deprimida que ella, y teniendo por tu futuro laboral.

*2- Los quejosos.

    Se pasan la vida lamentándose de lo mismo, y "lo mismo" puede ser la pareja, el ejemplo, los hijos, la economía, pero nada hacen para cambiar la situación. En realidad, esta persona solo quiere quejarse, pues esto le produce un alivio momentáneo. ¿Tú?. Después de una sección maratónica de quejas, en la que al final nada se resuelve, acabas drenada.

*3- Los gritones.

    Ponen objeción a todo lo que dices y haces; para ellos, tu nunca das la talla. Por supuesto, insisten en que las críticas son "por tu bien". Pero la realidad es que te dejan por el piso. Por reglas generales, estas personas encuentran un defecto a todo: la película, la cena, el servicio en el restaurante ¡son irritantes! y ¡agotadoras!.

*4- Los belicosos.

    Cualquier incidente, por mínimo que sea, provoca en ellos una reacción agresiva. Sientes que debes vigilar lo que dices o haces, para no encender la pólvora, porque cuando estallan,  ¡arde Trolla!. Esto apaga tu espíritu.

*5- Los débiles e indefensos.

    Constantemente necesitan que hables por ellos, los defiendas, los apoyes, los protejas, porque ellos, pobrecitos, no saben valerse por sí mismos. Pero, sin toda, llevar todo ese peso sobre tus espaldas te quita hasta la última gota de energía. ¿Ellos?. Tranquilos y felices, porque no tienen que hacerse responsables por sí mismos. En este grupo hay que incluir a los "poca cosa"que practican la agresión pasiva; esos que, después de un desacuerdo, te juran que no te guardan rencor, pero luego se olvidan, por ejemplo, de pasar por ti a la hora acordada. Es su forma indirecta de castigarte.

*6- Los sarcásticos.

    Sus comentarios, crueles, burlones, en fin: sarcásticos, pueden resultar chistosos, pero cuando éste humor negro siempre va dirigido a ti, acaba por minar tu espíritu. Después de una sección de ironías y comentarios ácidos, te siente dolida e insultada. Su humor hiriente es tóxico para el alma, porque siempre golpea donde más duele.

*7- Los catastróficos.

    Siempre están hablando de huracanes, enfermedades, muertes, desgracias y colapso económicos. Para ellos, la vida es un peligro inminente, y si algo va a ocurrir, seguramente será muy malo. Cinco minutos después con ellos acaban con tus nervios.

Un peligro real.

    Daniel Goleman, autor del Best Seller internacional. La Inteligencia emocional, nos asegura que el efecto que nos causa estas personas va más allá de una molestia momentánea. De acuerdo con su último libro, Inteligencia social, los intercambios diarios con la pareja, los hijos, el jefe y a un con extraños, moldean la estructura física de nuestro cerebro a nivel celular; esto, a su vez, afecta todas las células del cuerpo, efectuando cambios incluso a nivel genético.

    En otras palabras; nuestra reacción ante los demás tiene un impacto biológico en nuestro organismo, ya que durante un contacto social segregamos hormonas que afectan desde nuestro corazón hasta nuestro sistema inmunológico. Las buenas relaciones son como una vitamina; las malas, como un veneno. Y no sólo eso; las emociones ajenas son contagiosas, lo mismo que un catarro.

¿Entiendes ahora porque es tan importante neutralizar a los vampiros emocionales?.

Los pasos claves son cinco:

1-Reconocerlos. Determina en qué categoría cae esa persona que te deja drenada anímica mente. De esta manera nunca te toma desprevenida, pues ya sabes cómo opera.

2- Mantener el balance interior. Para evitar el contagio, muchas veces entender porque esa persona tiene este efecto sobre ti, te ayuda a protegerte de su influencia negativa. Cuando sabes que es ella, y no tu, la que tiene un problema (porque es negativa, belicosa, catastrófica, y muchas más), puedes mantener una distancia emocional que te permita observar su comportamiento "desde afuera", sin que te afecte.

3- Aléjate. Si esta persona no es esencial en tu vida, puedes diluir la relación. Muchas veces la costumbre nos "ata" a las amistades tóxicas.

4- Sanar la relación. Si la relación es importante para ti, te aconsejo que le dejes saber a esa persona de qué manera te está afectando. No se trata de enfrentar la, herirla ni atacarla. En el momento oportuno, cuando ambas estén en buenos términos, debes llamarla aparte y dejarle saber que, justamente porque la quiere y valoras la relación, tienes algo que decirle. "Cuando haces/dices tal cosa, yo me siento tensa, triste, ansiosa, ofendida. Te pido que no lo hagas más". Esto puede iniciar un diálogo muy sano para los dos.


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